La última edición de IFA, la mayor feria de electrónica de consumo, informática y electrodomésticos que se celebra en Europa, ha vuelto a demostrar que el mercado está más abierto que nunca y todos los formatos tendrán que convivir, por lo menos a corto y medio plazo. El mundo del PC no ha brillado en el evento de Berlín, que cierra sus puertas mañana martes. Intel llamó poco la atención y un gigante como HP ni siquiera apareció este año. Tampoco Dell acudió.
GFK desveló en el transcurso de la feria que la demanda global de portátiles ha caído un 9% en la primera mitad de 2013, mientras que la de sobremesas cedió un 21%. Mientras tanto, la demanda de tabletas multimedia se dobló con creces (126% más) en el mismo periodo. Los focos y las riadas de asistentes volvieron a las grandes marcas de smartphones, como Samsung, que ha ampliado la familia Galaxy con un reloj inteligente que complementa a la tercera versión del Note. También despertaron interés los inmensos expositores de LG o Sony. IFA es una feria de consumo muy orientada al multimedia, a la imagen y el sonido de calidad, y estas son tres de las compañías más innovadoras del momento.
En cualquier caso, algunas marcas, como Toshiba, Acer o Lenovo, aprovecharon la cita alemana para ampliar su gama de informática personal. Toshiba llevó la tableta Encore, un producto que demuestra que es uno de los últimos socios fieles que le queda al binomio Wintel en el ámbito de la movilidad. Encore es una pizarra con procesador Intel Atom y Windows 8.1, y que además carga de serie el Office. Esta particularidad y su precio (en torno a los 300 euros) lo hacen ideal para la educación, un entorno que en Toshiba conocen muy bien.
Por su parte, Lenovo renovó su ultrabook Yoga. El Yoga 2 Pro, un portátil ligero que se convierte en tableta, es más delgado y ligero que el modelo anterior, con 15,5 mm de grosor y 1,39 kg de peso. Además, la pantalla es más sensible a los dedos (10 puntos multitáctiles) muestra las imágenes con una resolución de 3.200×1.800, lo que multiplica por cuatro la claridad del anterior equipo. Acer no presentó ningún producto nuevo, aunque anunció que su Aspire R7 incorpora procesadores Intel Core de cuarta generación. Lo mismo que le pasa al Aspire E1, que también puede ser gobernado por un AMD de Serie A.
Asus, una de las compañías que más innova en los últimos tiempos en el mundo del PC, hace un ejercicio de agnosticismo tecnológico, a la espera de que el mercado dicte sentencia, si es que lo hace. En Alemania presentó portátiles (Zenbook) con Intel y Windows, pero también mantiene opciones en Android con su Transformer Pad TF701T, una tableta elegante de 8,9 mm de grosor, 585 gramos de peso y chasis metálico. El procesador es un Nvidia Tegra de cuatro núcleos. Para los usuarios más exigentes, la nueva Transformer Pad también cuenta con una docking con conectividad USB 3.0, un lector de tarjetas SDXC y su propia batería que prolonga la autonomía del dispositivo hasta las 17 horas. Pero no quedan ahí las novedades de Asus para el mundo Android.
En Berlín también presentó el Fonepad Note 6, una minitableta de 6 pulgadas y poco más de 200 gramos de peso que trae conectividad HSPA+ 3G, por lo que puede hacer de teléfono para realizar llamadas de teléfono. Eso sí, para este producto, la agnóstica Asus busca un procesador Intel Atom Z2580. Es decir, Asus, que a principios de años sorprendió con un todo-en-uno con Windows y Android instalados, sigue dando cancha a todos.
También Samsung, que tiene líneas de móviles y tabletas tanto para Android (su supervendida Galaxy), como para Windows (la menos exitosa Ativ), dispara en todas las direcciones. Si el año pasado, en Berlín las novedades se repartieron entre ambas líneas, en esta ocasión, la marca coreana ha apostado a su valor más seguro, los Galaxy. La novedad más rupturista de Samsung fue el reloj inteligente Galaxy Gear, un aparatito de futuro incierto y pensado para ser comercializado en primera instancia como complemento a la también nueva Galaxy Note 3, pues permite ver avisos de llamadas y mensajes entrantes en el phablet, e incluso responder gracias a un micrófono situado en la correa del reloj, o sacar fotos gracias a una cámara también ubicada en la correa.
Además, de estos dos dispositivos, Samsung también ha renovado su línea de tabletas con la Galaxy Note 10.1, más ligera (535 gramos) y con más resolución que la versión anterior. La gran novedad en el extenso y bullicioso expositor de Sony fue precisamente su smartphone XperiaZ1, de brillante acabado (la compañía vuelve a insistir en sus capacidades bajo el agua) y el rendimiento de su cámara. Para sacar más provecho a la misma, el aparato, que carga Android, pantalla de 5 pulgadas y rondará los 600 euros, permite subir vídeos en directo a las redes sociales. Además, aporta una potente herramienta de búsqueda de imágenes.