Recyclia, la plataforma de recogida y reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), vuelve a batir record de actividad. En 2016 el sistema, que aúna los servicios de las fundaciones Tragamóvil, Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Ecolum, gestionó casi 28.500 toneladas, un 42% más que en el año precedente. Este significativo crecimiento se debe en gran parte a la incorporación durante el pasado año de Ecolum, dedicada a la gestión de residuos de dispositivos de iluminación. A nivel general, Recyclia recoge y transforma el 14% de todo el volumen de residuos RAEE que se tratan en España, que superan las 240.000 toneladas al año.
Aunque en Recyclia no están algunos fabricantes importantes del mundo de la informática, como HP, la plataforma aumentó en el último ejercicio un 34% el número de marcas e importadores adheridos, pasando ya de los 1.300. Se trata, según los datos de Recyclia, del 40% del total de los registrados en el Ministerio de Industria. Además, Recyclia añadió 3.000 nuevos puntos de recogida a su red, que ahora consta de 15.000 para aparatos electrónicos y 34.000 para pilas.
La plataforma, que presume de haber rebajado el coste de gestión de cada kilo de residuo, también colabora con las principales asociaciones de minoristas de este país, y con Anged, la patronal de las grandes superficies. En total, 1.800 tiendas de todo el país recogen aparatos viejos o en desuso que acaban en los puntos de reciclaje de la plataforma.
En la presentación a la prensa de su balance anual, los responsables de Recyclia tuvieron palabras de reproche para el Ministerio de Medio Ambiente, que, a pesar de ser el vértice de toda la política de gestión de residuos en España, no acudió al congreso nacional de reciclaje RAEE que tuvo lugar el 22 de junio en Antequera, y al que acudieron 300 profesionales.
Legislación compleja
Además, José Pérez, consejero delegado de Recyclia, dijo que la plataforma informática que prepara el Ministerio para centralizar la información de reciclaje en España es de “imposible aplicación” porque exige meter muchos datos a la tienda y a los operarios de los puntos limpios, lo que puede ser contraproducente e incentivar el reciclaje incontrolado o que simplemente el punto limpio acabe dando el material “a los chatarreros”. Pérez también dijo que el real decreto que regula la actividad del reciclaje tecnológico en España es “muy complejo” y establece demasiados controles que no son necesarios. Así, recordó que mientras que en Portugal este tema está regulado por una norma de menos de 30 páginas, en España el texto legal llega a las 130.