El frenazo en el ritmo de expansión económica de Latinoamérica también repercutirá en una menor inversión en innovación y tecnologías de la información por parte de las 33 economías de la región. Con pronósticos de crecimiento del 2,2%, según el FMI, muy alejados de las cifras de ejercicios anteriores, el capítulo de innovación y modernización de las TIC será uno de los que mayores recortes sufrirá como consecuencia de la menor inversión de los Gobiernos.
Factores externos, tales como unos menores precios de la materias primas, la desaceleración económica en China, las menores inversiones o la caída de la demanda, explican este descenso. El mayor ritmo de crecimiento se está observando ahora en países de menor peso económico como Bolivia (5,5%), Panamá (7,0%) y Nicaragua (5,0%) frente a los tradicionales motores de la región como Argentina o Brasil, que están sufriendo un importante estancamiento. México y Chile, que están progresando a un ritmo del 3%, podrían ayudar a mejorar las cifras globales de la región.
En el estudio pormenorizado sobre la evolución del mercado TIC en Latinoamérica se observa que el mercado brasileño será uno de los que muestre mayor declive (10% de caída), a pesar de que el Gobierno ha aumentado algunas iniciativas de impulso al desarrollo de la tecnología, como el programa de inclusión digital, hasta el año 2018.
El sector TIC brasileño es uno de los más afectados por la desaceleración económica y las bajas inversiones que están realizando las empresas. Los altos tipos de interés, por encima del 12%, y la alta inflación están impactando en la capacidad de compra de los usuarios, mientas que el sector público está recortando gastos debido a la austeridad. Otro factor negativo es la devaluación del real brasileño frente al dólar teniendo en cuenta que una gran cantidad de productos son importados (70%) y pagados en dólares. Aunque los principales fabricantes tienen programas de protección de stock para proteger su cadena de suministro, se espera que el precio medio de los equipos aumente entre un 10% y un 15%.
Los márgenes también se han deteriorado considerablemente en los últimos doce meses y esta tendencia negativa se mantendrá a lo largo del año. Los retrasos en los pagos y las insolvencias también se incrementarán respecto al pasado año y la coyuntura previsiblemente empeorará en los próximos meses.