Sin duda ha sido el momento álgido de la primera jornada de Santander. Hasta tal punto que el público asistente rompió en un aplauso unánime cuando César Alierta, presidente de Telefónica, y Vittorio Colao, CEO del Grupo de Vodafone, expresaron sin tapujos sus quejas y preocupaciones en torno al mercado digital único europeo.
Bajo la mirada atenta de Pilar del Castillo, eurodiputada y presidenta de la Fundación europea de Internet, Alierta, con un tono jocoso, volvió con su discurso incisivo en torno a la discriminación que padecen las operadoras en comparación con empresas de Internet (léase Google), que no se ven sometidas al control y que apenas aportan beneficios a la sociedad y al tejido industrial del viejo continente. “Los reguladores están obsesionados con las empresas como la nuestra que no llegan al 40% de cuota de mercado y se despreocupan de sistemas operativos o buscadores que tienen un 90%, y son monopolios de hecho (aquí damos libertad al lector a que imagine a qué empresas alude).
Declarando el término TIC como obsoleto, Alierta considera primordial un sistema simétrico en toda la cadena de valor”. “Aquellos que no invierten en redes, apenas crean empleo y pagan muy pocos impuestos, “son lo que claman por la neutralidad”, se lamentó. Y vuelve insistir a la necesidad urgente de establecer una regulación inspirada en la estadounidense en 2003.
Pero además, el momento más caliente de la intervención fue cuando citó a Viviane Reading, antigua comisaria de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, de la que dijo que no tenía “ni idea de lo que era una red” y se quejó amargamente de la gestión pésima de la Comisión Europea en este sector. La excomisaria no tardó en reaccionar a través de Twitter, a través de cuatro entradas, en las que se mostró orgullosa por la labor realizada, su lucha contra los precios excesivos del roaming y por haber contribuido a la liberalizar el mercado de las telecomunicaciones en Europa.
Por su parte, Vittorio Colao se quejó de que son los grandes operadores quienes hacen los esfuerzos más grandes (su compañía 28.000 millones de euros en los últimos años y prevé invertir otros 23.000), pero “no consiguen suficientes retornos de la inversión”, por culpa de un mercado demasiado atomizado como es el europeo. En Santander, pidió apoyo para consolidar el mercado y las inversiones. Es una queja habitual el exceso de operadoras en Europa, más de cien frente a un número muy reducido de los que compiten en Estados Unidos o Asia. Al igual que Alierta, reclamó la urgencia de unificar el mercado europeo, imitar el modelo americano, reducir el número de players, y poner énfasis en la seguridad.
