LA GRAMOLA
Por José Luís Domínguez
que resultó ser una adaptación al castellano de “Good golly miss Molly” de Little Richard.
Unos 40 años antes de esa fecha, en la década de los 20 del siglo pasado, en un pequeño pueblo de Castilla a casi 9200 Kilómetros de distancia hubo una epidemia muy agresiva que hizo que parte de su población falleciera sin remedio. Este pueblo tenía una cabaña
ganadera importante, en concreto de vacuno, que era el medio principal de subsistencia de sus habitantes. Me contaron que un día en el Casino se oyó la siguiente aseveración: “menos mal
que la plaga mata a las personas y no a las vacas, porque si no, no sé de qué íbamos a vivir”.
Y yo pensé: qué incoherencias se decían hace casi 100 años.
Hoy observo que algunas grandes compañías, ellas tan pulcras, con sus códigos de conducta internos con relación a clientes y empleados, que ponen foco en la conservación del entorno y respeto por el medio ambiente, aduciendo que este último es un patrimonio heredado que hemos de preservar y cuidar para beneficio de las futuras generaciones. Y mientras tanto, con la excusa de la pérdida de rentabilidad por la bajada en el tercer decimal del margen, comienzan a “pesar carne” y a poner a su (según su código de conducta) bien más preciado en las listas del paro. Cosa, que según mi humilde opinión en base a la observación continua de nuestro sector durante los últimos 25 años, me hace considerar que en gran parte de los casos no aciertan con el diagnóstico racional de los hechos, pues no piensan en compensar las grandes ganancias obtenidas en las épocas pasadas de “vacas gordas” con la situación coyuntural de los tiempos actuales. O aún peor, no evalúan la gestión de los que las dirigen en estos tiempos de crisis, pues cuando las cosas van bien cualquiera sirve para dirigir los destinos de las comunidades, pero las aptitudes y las actitudes se demuestran en momentos de zozobra.
Y hoy pienso: qué antiguos son los modernos, que no solo dicen, sino que también ejecutan
acciones incoherentes e insolidarias.
“La plaga”. Cantada y compuesta por los Teen Tops en 1960