Bajo el nombre de Altrix 3000, Silicon Graphips ha desarrollado una familia de servidores y superclusters que combinan Linux con los procesadores de 64 bits Intel Itanium 2. El resultado ha sido una máquina capaz de funcionar como supercomputadora gracias a su capacidad de proporcionar memoria global compartida a través de nodos y sistemas operativos, lo que repercute en una escalabilidad mayor y más sencilla. Asimismo, el balanceo de carga, la gestión de los distintos nodos y la posibilidad de aprovechar todos los recursos disponibles con el código de fuente abierta son aspectos que confieren valor añadido a esta solución que, según informa la propia compañía, ha sobrepasado en muchos tests a competidores de otras grandes firmas, demostrando ser más escalable, potente y robusto.
Con este desarrollo nos dirigimos a usuarios con necesidades complejas, comenta José Emilio Permuy, director general de SGI. Estas máquinas no sólo multiplican las prestaciones de cualquier servidor sino que además son más baratas, añade Permuy.
Altix 3000 incorpora también la arquitectura NUMAflex de SGI. Esto permite que la nueva familia Altix 3000 pueda conjugar varios nodos (con hasta 64 procesadores cada uno y 512 Gbytes de memoria), de forma que se obtiene un supercluster con un máximo teórico de 2.048 procesadores.