El IVA subirá dos puntos a partir del mes de julio. Es una de las medidas contempladas en la ley de Presupuestos Generales del Estado para 2010 y que supone pasar del 16 al 18% en el tipo de imposición general, aquella que grava bienes que no son de primera necesidad. En esta modalidad se encuentran la mayoría de los artículos del mercado (como los bienes de equipo) pues la variante del Impuesto de Valor Añadido reducido (que ha dado el salto del 7 al 8%), contempla determinados servicios como la hostelería y el turismo, mientras que el superreducido atañe a productos básicos como el pan, por ejemplo.
Este cambio en los impuestos indirectos ha hecho pensar en una más que probable repercusión en el consumo y, aunque todavía faltan algunos meses para que entre en vigor, las reacciones ante esta iniciativa no se han hecho esperar. La más reciente ha sido el anuncio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de que el PP de la capital llevará a cabo el próximo trimestre una “campaña de rebelión” contra esta disposición al considerar que será “absolutamente letal” para la economía localy española. Asimismo, según recogen los principales medios de comunicación del país, Aguirre recalcó que esta decisión agravaría aún más los problemas de las pymes y autónomos, medio millar de los cuales, continua, “dejan de cotizar cada día a la Seguridad Social” porque la falta de financiación no les permite seguir adelante. Esta combativa respuesta se materializará en la instalación de mesas de recogida de firmas y en la salida a la calle en municipios y distritos de la región para explicar las consecuencias de la medida del Gobierno y exigirle que no la ponga en práctica.
Así las cosas y una vez sacada a la luz la noticia el pasado año, CHANNEL PARTNER consultó al canal informático sobre el tema, y la conclusión a la que llegó fue que no había una opinión unánime acera de las implicaciones que esta fórmula recaudatoria podría traer. No obstante, fabricantes, mayoristas y distribuidores tenían claro que habría que hacer todo lo posible para minimizar su impacto. Lo que pasaba por llevar a cabo promociones u ofertas que pudieran despertar el consumo por una serie de productos que cada vez están más presentes en el día a día de la sociedad.