Hace tiempo que el mercado de consumo viene manifestando su preferencia por los ordenadores portátiles frente a los sobremesa llegando, incluso, a colocar la balanza de las ventas en un porcentaje de 80% – 20%, respectivamente. Esta situación todavía era ajena al entorno empresarial hasta, según parece, el pasado año. Y es que, de acuerdo con las declaraciones de Pablo Romero, director de marketing de Toshiba (en la foto), por primera vez en nuestro país los notebooks representaron más del 55% de las ventas del mercado profesional en 2009.
Es más, apoyando sus declaraciones en los datos de Gfk sobre el negocio total en España durante el ejercicio anterior, el segmento de sobremesa cayó un 15% en unidades mientras que el de portátiles experimentó un crecimiento del 25%, subida que hubiera sido plana de no ser por la entrada en juego de los exitosos netbooks. No obstante, aunque el volumen de ventas fue similar al registrado en 2008 (con 830.000 máquinas comercializadas), la facturación de este sector descendió entre un 5 y un 10% a causa de la caída de precios.
En este contexto, el fabricante japonés ha logrado un puesto importante, con un 23,5% de cuota, peleándose con HP por el liderazgo. Este repunte frente al año precedente vino, sobre todo, por el 39,2% que consiguió en diciembre fruto de las adquisiciones en el sector educativo. De cara al futuro, Ángel Medina, jefe de producto de la multinacional, pronostica que en 2010 llegarán al 30%. En este sentido, Romero reconoce que se verán crecimientos ligeros pero positivos, sobre todo si se comparan con los números de 2009. Este directivo confía en la renovación de equipos por parte de las compañías de manera que las organizaciones vean la tecnología como una opción para ser más eficiente y no un coste que eliminar.
Respecto a las especificaciones demandadas en los ordenadores en el ecosistema corporate, Toshiba realizó en el último mes de 2009 una encuesta a empresas de entre 5 y 500 personas acerca de las funcionalidades que primaban en un equipo. De acuerdo con los resultados obtenidos, los responsables de TI valoraban principalmente rendimiento, conectividad, calidad y durabilidad de las máquinas. Los empleados, por su parte, estimaban movilidad y peso, facilidad de uso, rendimiento y seguridad como cualidades de primer orden.