Symantec publicó ayer sus predicciones sobre tendencias de seguridad online para 2010. Según este estudio, en 2010 los antivirus ya no serán suficientes, ya que se ha llegado a un punto de inflexión donde ya no tiene sentido centrarse exclusivamente en el análisis de malware.
El análisis pronostica también que el spam se incrementará de forma importante para Mac y smart phones, además de prever que el número de ataques en lengua no inglesa crecerá en 2010, siendo el spam localizado superior al 50% en muchos países de Europa.
Además, Symantec estima que las aplicaciones de terceros en las redes sociales se convertirán en objetivo primordial de fraude durante 2010. No obstante, en el mismo sentido, se espera que los propietarios de estos sitios creen medidas de seguridad más proactivas para hacer frente a estas amenazas.
Por otro lado, en 2010, se espera que los propagadores de estafas de software de seguridad maligno lleven sus esfuerzos al siguiente nivel. Podrían hacerlo mediante el secuestro de equipos, haciéndolos inservibles y pidiendo un rescate por ello.
En cuanto al nuevo sistema operativo de Microsoft, Symantec afirma que no va a ser ninguna excepción en cuanto objetivo de ataque “y cuando Windows 7 llegue, se encontrará también la manera de atacar a sus usuarios”, versa el estudio.
En lo que se refire a los niveles de spam, “mientras la economía siga en crisis y haya gente que busque aprovecharse de las débiles restricciones del Acta CAN SPAM, veremos más y más organizaciones no autorizadas vendiendo listas de direcciones de e-mail y legitimando estas listas de spam en los mercados” cita el estudio de Symantec.
Finalmente, se prevé una proliferación de los malware altamente especializados que se descubrieron en 2009 y cuyo objetivo era la explotación de los cajeros automáticos, demostrando un alto grado de posesión de información privilegiada sobre su funcionamiento y explotación. Se espera que esta tendencia continúe en 2010, incluyendo la posibilidad de malware en los sistemas de votación electrónica, usados en elecciones políticas y votaciones telefónicas públicas, como las vinculadas a programas reality o concursos.