“Lo más importante ahora es que haya Simo y que funcione, y ya dentro de dos años nos planteamos otras cuestiones”. Era la respuesta ayer de José Antonio de Paz, el primer ejecutivo de HP en España, a un periodista que le pedía una impresión sobre el nuevo Simo Network, que supone la vuelta de la feria de informática más importante de España tras un 2008 en que fue cancelada en último momento ante la espantada de las grandes firmas del sector. Tiene razón De Paz. A Simo, una feria que necesitamos como el comer, hay que darle un voto de confianza y, sobre todo, tiempo para que madure con el nuevo formato. Lo primero que hay que decir es que el nuevo SIMO no tiene mucho que ver con los anteriores. Ha reducido considerablemente la superficie de exposición, quedándose en dos pabellones del Ifema –uno lo está ocupando Microsoft y más de 50 partners para jalear el lanzamiento de Windows 7-. También ha cambiado el modelo de negocio. Para ocasión la organización vendió menos suelo y salvo unas pocas empresas que han montado stands relativamente grandes (unos 200 metros cuadrados), como HP, Sage, Dell o Intel, el resto ha acudido con cubículos. Y es que la intención de los nuevos organizadores que ha puesto Ifema, encabezados por la refrescante María Valcarce (la figura de Santiago Quiroga estaba tan quemada como el viejo formato), es promover un lugar para el intercambio de conocimientos y experiencias, más que una feria de exposición de productos y soluciones. Para darle otro aire, la organización ha traído a gurús de prestigio mundial como Nicholas Carr, especialista en cloud computing, que dio su conferencia ayer, o Howard Rheingold, profesor de la universidad de Stanford que hablará mañana sobre movilidad. También están habiendo mesas redondas encabezadas por fabricantes. Sin embargo, la presencia está siendo desigual y en algunos casos ha habido, por falta de público, alguna cancelación. Por lo que se ve, los profesionales que se han desplazado a Ifema siguen prefieriendo en general la ronda por los stands a meterse en una sala con cuatro o cinco ponentes y 40 butacas. Es un punto a pulir por la organización en próximas ediciones. Contar con más de 300 empresas participantes no está mal, sobre todo cuando muchos daban al Simo por muerto hace menos de un año. Sin embargo, yo sigo echando en falta a los grandes nombres del sector. Salvo Microsoft, que supone el 50% de la feria en términos de espacio y de presencia, y HP, Sage, Dell o Intel, que se han dejado ver en primera línea, los protagonistas de otros tiempos brillan por su ausencia. ¿Donde está un IBM o un Fujitsu, que tantas propuestas de informática empresarial tienen que hacer? En su lugar, el plantel de participantes está trufado de firmas más modestas dedicadas al software de gestión y la consultoría. Hay que reconocer, sin embargo, que este cambio de tercio ha abierto las puertas a muchas empresas del canal de distribución. A dar protagonismo al canal ha contribuido sobremanera la apuesta de Microsoft, que se ha rodeado de medio centenar de socios comerciales, entre ellos todos sus mayoristas. Pero fuera el espacio de Microsoft también se multiplica el canal. Firmas como Abast,Codine, que presenta lo último de Kaspersky, Dakel Informática, la canaria Noray, Seidor o Seresco dan cuerpo a la cita.
Juan Cabrera
Juan Cabrera tiene más de 20 años de especialización en el sector tecnológico y sobre todo en el canal de distribución. También ha colaborado con otros medios y promociona siempre que puede la buena literatura, la música y la vida saludable.