Tres semanas después de que Rainbow consiguiera dar fin al concurso de acreedores que arrastraba desde septiembre de 2008, gracias a la aprobación, con un 70% de las firmas a favor, de un plan de viabilidad, su director general, Xavier Llopis, desvela los inicios de conversaciones para llevar a cabo una posible fusión en 2010. “Lo primero que tenemos que hacer es recuperar la confianza tanto de clientes como del canal de distribución y de los bancos, pero creo que 2010 puede ser un año bueno para Rainbow e incluso puede haber una fusión con otra empresa”, adelanta Llopis.
En este sentido, el máximo responsable de Rainbow explica que los últimos nueves meses han sido muy duros. “De 26 personas hemos pasado a 14, dejando a gente muy valida por el camino, y las inversiones de marketing se han reducido, pero creo que este 2009 vamos a poder conseguir llegar a un nuevo punto muerto. Nuestro objetivo es no tener perdidas, ya que partimos casi de cero”, subraya Llopis.
Respecto al comportamiento del canal en estos nueves meses, el responsable de Rainbow destaca que el tradicional siempre estuvo a su lado, pero con las grandes superficies “fue más duro”. “Nos arrinconaron en los lineales y si el consumidor no ve tus productos es más difícil salir”. Durante este ejercicio el objetivo es recuperar poco a poco la confianza del canal, porque, en su opinión, “ya hemos tocado fondo y ahora sólo podemos crecer”.
Para superar esta situación y tratar de evitar similares en el futuro, el director general de Rainbow insiste en que la compañía está abierta a cualquier proyecto que asegure la posibilidad de seguir desarrollando su marco, desde la búsqueda de inversores hasta una posible fusión. Al respecto, Llopis reconoce que se han iniciado conversaciones con una empresa española, que no fabrica periféricos, lo que le permitiría mantener su marca en el mercado. “Somos dos pequeñas compañías que facturamos entre cuatro y seis millones y que juntas podríamos ser más fuertes alcanzar los 14 millones de ingresos y reducir nuestros gastos generales. Además, las dos tenemos como foca la internacionalización”.
Plan de internacionalización
Por otra parte, Llopis destaca que una de las apuestas más fuerte de la compañía seguirá siendo su internacionalización por Europa. De hecho, afirma que este ejercicio el 50% de la facturación total de la empresa llegará del extranjero. De este modo, explica, pretende evitar una situación como la vivida por la compañía en los últimos nuevos meses. “Si la facturación está diversificada es más difícil que una situación económica nos afecte tanto que si los ingresos están concentrados en España y Portugal, donde el consumo se ha visto más afectado que en el resto de países”, apunta Llopis.
El punto de mira de este fabricante de periféricos, especialmente de webcams y ratones, está en Italia, Alemania, Reino Unido –en estos tres países ya ha abierto centros logísticos–, Grecia, Bélgica, Austria, Albania, Kosovo, Macedonia, Marruecos y Túnez. En estos momentos Rainbow está haciendo sus primeras incursiones en la India, Rusia, Países Bálticos y Polonia y el deseo de Llopis es que sus productos se vendan también en Francia.
A pesar del duro año que Rainbow ha atravesado, la compañía ha renovado varias gamas de productos, como las de las maletas para portátiles y la de altavoces, pero sin duda su apuesta en el mercado será la de una nueva gama de ratones.