Al igual que ya sucediera con otras empresas japonesas como Sony o Nissan, la apreciación del yen, unido a la mala situación económica global, ha llevado a Pioneer a registrar pérdidas. Al término de su año fiscal, que acaba el 31 de marzo, los directivos estiman que la cifra negativa va a ascender a 130.000 millones de yenes (1.116 millones de euros). Por ello, la firma de electrónica despedirá a 10.000 de sus empleados, 6.000 de ellos son fijos. Además, Pioneer ha recortado los salarios entre un 20% y un 50% hasta marzo de 2011.
Como consecuencia de la coyuntura, la firma japonesa ha suspendido también la fabricación de pantallas de plasma, división deficitaria, a partir de marzo. Esta línea de negocio representa un 14% de la facturación total de la compañía. Pioneer seguirá centrando su negocio en los productos de sonido, como cadenas de música, mesas para Dj´s y altavoces, y en la electrónica para el automóvil.