Hay que remontarse al 2005 para hallar un virus que produjese tanto revuelo. Sasser y Blaster fueron los que causaron estragos en aquel año y, tras un periodo de relativa calma, ahora ha surgido este nuevo gusano que responde al nombre de Conficker, también denominado Downadup. Este virus permite ejecutar códigos arbitrarios en los ordenadores infectados remotamente.
Millones de equipos ya están infectados y es que la principal baza de Conficker es su método de propagación. El gusano emplea tres vías distintas, lo que hace que sea más complicado su control. El virus aprovecha una vulnerabilidad de Windows, que ya se solucionó el 23 de octubre con un parche, pero aún hay equipos que no están actualizados. Además, localiza cualquier memoria externa de USB y se instala allí a la espera de infectar nuevos ordenadores. Para las empresas, controlar esta vía de propagación es muy complicado. La tercera vía de infección son los archivos compartidos que las compañías suelen tener en sus redes.
Conficker lleva circulando por la red desde noviembre y las compañías de antivirus ya disponen de sistemas de seguridad que lo detecta y neutraliza, pero muchos usuarios no tienen cuentan con la actualización necesaria y eso hace posible que sigan existiendo focos de infección.