Por Cristina López Albarrán Hace unos meses en el sector informático nacional no se daba (o no se reconocía) una situación alarmante en cuanto a morosidad. Por aquel entonces tampoco se había admitido abiertamente la crisis, aunque los principales actores del canal afirmaban mostrarse precavidos ante posibles impagos. Ya con un pie en el próximo año, la situación ha cambiado, al menos en el sentido de que se acepta que la inestabilidad económica es patente en nuestras fronteras. Pero, ¿qué ocurre con la morosidad?, ¿existe dificultad real de acceso al crédito?, ¿se han ampliado, aún más, los plazos de pago?
Según los últimos datos ofrecidos por el Banco de España, el volumen de impagos ha crecido un 233% en un año. Ya en el mes de julio, la tasa de morosidad en los créditos concedidos por entidades financieras tanto a particulares como a empresas había subido un 2,15%, el índice más alto desde agosto de 1999, cuando llegó al 1,65%. En este contexto, son las pymes las que tienen la peor papeleta, al contar con menos músculo financiero que las grandes cuentas. De esta opinión es Jorge Sáez, director financiero de GTI, quien afirma que los últimos meses se está viendo un repunte en los índices de morosidad en el sector informático, “una situación preocupante porque las estructuras de las pymes españolas se están resintiendo sobremanera, y aquellas con estructuras más débiles pasan por momentos de gran dificultad”, añade.
Para Tomas Iriondo, director general de Gaia(Asociación de Industrias de las Tecnologías Electrónicas y de la Información del País Vasco), la morosidad es la situación más incómoda y, sin embargo, más habitual en momentos de incertidumbre porque es “cuando surge nuestra picaresca latina de dejar de pagar”. Esta actitud, que ya se ha dado en crisis anteriores, como matiza el directivo, “es una verdadera preocupación para las empresas, sobre todo para las pymes porque las grandes mantienen unas líneas de crédito más seguras”. De hecho, de acuerdo con su visión del asunto, los pequeños negocios no aseguran tanto las operaciones y pasan apuros por el hecho de no estar cobrando los servicios que vienen prestando en los últimos meses, “y esto les da de lleno en su línea de flotación”, concluye.
Pero no todos ven el horizonte tan negro. David Pascouau, director general de Itway Ibérica, está de acuerdo con que son las pymes las que más están sufriendo, pero no cree que la situación sea tan alarmante como la pintan. Aunque bien es cierto “que se demoran algún día más e intentan que se alargue su período de pago”, lo que aumenta el riesgo. Y es que una de las causas ligadas directamente a la morosidad es extender los plazos de pago. Como reconocen los analistas, las tensiones de tesorería, motivadas por la crisis, provocan en primer lugar aplazamientos y, en segundo lugar, morosidad.
Menos préstamos y créditos
En relación con el ascenso desorbitado de los impagos, bancos, cajas y entidades financieras han dado el cerrojazo a los préstamos. Una restricción general en las capacidades crediticias que impera en el mercado y que afecta no sólo al distribuidor sino al canal en general. Los créditos se establecen en función del análisis del balance y cuenta de resultados de las empresas y ahora se pide mucha más documentación. Pero no sólo se trata de papeleo. Las entidades exigen garantías, incluso aunque se haya trabajado con ellos anteriormente y se cuente con un buen historial en el cumplimiento de los compromisos. No en vano, la falta de liquidez abruma y se empiezan a endurecer las condiciones de acceso a uno de estos servicios.
Falta de liquidez, limitaciones en la concesión de créditos y préstamos, prolongación de los plazos de pago… y cotas de morosidad por las nubes. Así las cosas, ¿qué se puede hacer para suavizar este escenario en el canal?
Cada uno tiene su propia fórmula, aunque, para Jorge Sáez, de GTI, “es muy importante optimizar todos los procesos que impliquen financiación para dedicar los recursos a generar la máxima rentabilidad”. Y hace alusión al control de inmovilizaciones financieras, ya sea del stock como de los plazos dilatados de cobro, ya que “hoy en día es máxima prioridad en el canal colocar los recursos donde se obtenga un claro retorno”. Y hablando de la figura del mayorista en particular, que es lo que le toca, explica que la financiación al circulante del canal que proporcionan los principales mayoristas se estima en alrededor de 500 millones de euros. “Estas cifras hacen necesario un mayor equilibrio entre el fabricante y el mayorista, con el objetivo prioritario de seguir con los crecimientos propuestos”.
Otra alternativa formulada para salvar los papeles se encuentra en el renting. Del “Renting Tecnológico Evolutivo” habla Itway, un modelo del que es partícipe. Este tipo de medidas, que son versiones sofisticadas del convencional “pago a plazos”, ofrece interesantes desgravaciones fiscales a los clientes (además de permitir desembolsar pequeñas cantidades de dinero poco a poco), a la par que asegura el cobro inmediato al distribuidor, aliviando sus temores de tesorería.
Los fabricantes se ponen las pilas
Por su parte, Iriondo de Gaia, considera que ya se están imponiendo medidas para reactivar el consumo doméstico: créditos para pymes, mejoras de las condiciones de los hipotecarios, etc. Sin embargo, no sólo bancos y Administración pública empiezan a reaccionar. Algunas compañías, fundamentalmente grandes multinacionales, han puesto en marcha iniciativas para paliar este caótico entorno. La principal ha sido recurrir a sus propiasfinancieras para prestar dinero o aportar condiciones económicas especiales a sus clientes. Tales acciones son vistas con buenos ojos por el resto de interlocutores de la red comercial, que incluso opinan que debería haber una mayor implicación en este sentido. Al fin y al cabo, los proveedores generan más cash-flow y mediante un carácter financiero proactivo asegurarían no perder muchas operaciones que se caen por falta de opciones financieras.
Uno de los fabricantes preocupados por hacer frente a la situación es HP. Según el responsable de canal en España de la multinacional, Andrés García Echániz, es acuciante el problema de la falta de liquidez en la economía y en la distribución en particular. Para facilitar las cosas a su red comercial, la compañía quiere hacer más atractiva la opción del renting y estudia mejorar las condiciones de pago para el canal mayorista con la intención de no estrangularlo.
Propuestas financieras de interés
– Cisco Capital: Ofrece financiación al canal con un tipo de interés del 0%. Beneficia también a distribuidores dirigidos a pymes con protección de márgenes y descuentos.
– HP: Smart Finance (dentro de Smart Portal). Acceso a líneas de crédito para Preferred y Gold Partners. Desde 2.000 euros hasta tope ilimitado en cuentas nominadas y de 70.000 euros en cuentas no nominadas.
– IBM Global Finacing: La herramienta Rapid Online Financing automatiza la aprobación de créditos. Los contratos de financiación para Business partners pueden llegar en menos de una hora. En 2007, esta unidad adelantó más de 90 millones de euros en España. Los préstamos también cubren tecnologías de terceros.
– SG Equipment Finance: Facilita operaciones de renting al distribuidor, propuesta en la que invertirá 10 millones de euros hasta el fin de 2009. De entre 400 y 15.000 euros a pagar en 24, 36 o 48 meses. Importe en 48 horas. Intereses varían en función del histórico de la empresa con el banco. Los préstamos se pueden solicitar por Internet.
– Microsoft Financing: Actúa desde diciembre de 2008 en colaboración con Rabobank. Da créditos a empresas por la compra de tecnología propia, por un importe mínimo de la transacción superior a los 1.000 euros y con unos plazos de pago de entre 24 y 60 meses a un tipo de interés fijo del 5%.