Por Creu Ibáñez.
En unos momentos en los que ningún empresario no quiere oír hablar de nada que tenga que ver con gastos, ofertar servicios que garanticen un ahorro es un valor en alza. Los costes de impresión, según los cálculos de Kyocera, pueden llegar a ser de entre un 3% y un 6% de la facturación de un empresa, por lo que la filial española lleva tres años consolidando un mensaje diferenciador que tiene como núcleo “reducir los costes de impresión” a través de políticas de ahorro, explica en una entrevista a CHANNEL PARTNER el director de desarrollo de negocio, Jesús Contreras.“Conseguimos reducir costes, en principio gracias a que los componentes técnicos de Kyocera son de larga duración. Cuando llegamos a un cliente lo primero que hacemos es analizar qué costes tiene una empresa para poder reducírselos. Este mensaje, en una situación como la actual, tiene tirón y es una puerta de entrada muy importante”, afirma Contreras, quien apunta que el 80% de la facturación de Kyocera proviene de clientes pymes, “unas empresas que están notando más la crisis y se preocupan mucho por recortar sus gastos”.
De hecho, el director de desarrollo de negocio de Kyocera señala que “se ha visto más interés de las empresas en el programa de pago por uso KYOclick debido a la crisis. Se ha incrementado el porcentaje de peticiones en algo más de un 37% desde marzo hasta el cierre de septiembre, cuando el crecimiento interanual de los 2 años anteriores fue del 25,5%”. No obstante, uno de los problemas que está percibiendo la firma en estos días es que algunas de estas peticiones “no se han podido materializar en contratos por el endurecimiento de las políticas de concesión de crédito de las entidades financieras”.
En este sentido, Contreras asegura que el primer semestre del año fiscal de Kyocera (abril-septiembre de 2008) ha sido más flojo de lo habitual y se ha cerrado con un crecimiento del 5,2%, pero se muestra “optimista” y espera cerrar en marzo el año fiscal con un crecimiento cercano a los dos dígitos, aunque sin alcanzar el 20% previsto cuando la crisis no era una realidad.