El retrato robot del jefe ideal pasa por generar confianza entre sus subordinados

Según el Centro de Estudios Financieros, las virtudes que más valoran los empleados en un superior son el saber delegar y contribuir al desarrollo profesional de sus colaboradores.

Publicado el 30 Abr 2008

Un director dialogante que sabe generar confianza entre sus subordinados, los trata con respeto y mantiene siempre una actitud positiva y con voluntad de resolver problemas, es el retrato robot del jefe ideal que ha dibujado el Centro de Estudios Financieros (CEF), tras encuestar a 2.550 trabajadores de 45 países, incluida España.

El motivo por el cual el CEF ha decidido realizar este trabajo de investigación es dar a conocer a los directivos cuáles son los comportamientos que más agradan a sus subalternos. Ya el año pasado el Centro realizó otro estudio para mostrar a los ejecutivos españoles cuáles eran las actitudes que más irritaban a sus colaboradores. Tras el éxito de este informe y porque también hay conductas positivas que merece la pena potenciar, el CEF ha llevado a cabo un nuevo análisis con el que “pretendemos que los jefes tomen buena nota y potencien esos comportamientos. Sus colaboradores se lo agradecerán. Y su empresa saldrá ganando”, apunta Ángel Fernández Muñoz, psicólogo y profesor del Máster en Dirección de Recursos Humanos del CEF, que es quien ha dirigido el estudio.
Una vez analizadas las respuestas de esta encuesta, el CEF ha concluido que de las virtudes que más valoran los empleados en un superior destacan el saber delegar y contribuir al desarrollo profesional de sus colaboradores; mientras que las excelencias menos apreciadas son saber aprender de sus errores, explicar los proyectos con detalle, ser justo en la evaluación del desempeño y premiar la imaginación y la creatividad.
Con todo, el mensaje final de este estudio es optimista, ya que según Fernández Muñoz los procederes positivos pueden consolidarse. “Es preciso reconocer previamente la necesidad de dicha potenciación. Y, antes aún, saber qué comportamientos resultan motivantes para los colaboradores propios. Todos estos comportamientos de los jefes, además de motivantes, insuflan un fuerte impulso para la rentabilidad de las empresas. Porque esos comportamientos no son inocuos, sino que mejoran el rendimiento de sus subordinados. Por lo tanto, bien podemos calificarlos de “complejo vitamínico”, que tonifica a la organización. ¿Resultado? Eficiencia empresarial”, añade. http://www.cef.es/

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