Ayer mismo el Hospital La Fé de Valencia anunciaba que ya no había ni un solo paciente en UCI por covid después de dos años y medio de pandemia. Estas buenísimas noticias conllevarán la progresiva y definitiva vuelta a la práctica normalidad de todas las empresas. A pesar de ello, la incertidumbre continuará dominando la escena por la inflación desbocada y la grave crisis económica y energética desatada como consecuencia de la pandemia, el conflicto armado y las tensiones con Rusia.
Tras la fiesta vivida en el sector tecnológico por el aluvión de inversiones destinadas a promover la recuperación económica y transformación digital de las organizaciones, otro grave problema acecha al canal de distribución: el exceso de inventario. Mayoristas como Ingram Micro han lanzado la alerta ante el continuo goteo a la baja en la venta de equipos, lo que inevitablemente podría traducirse en un sobre stock y el consecuente acopio de dispositivos en almacenes de distribuidores y lineales de retailers.
La temida foto de estanterías repletas de equipos, componentes y accesorios obsoletos podría evitarse si se toman las oportunas medidas a tiempo. El problema, como siempre, no resulta tan sencillo de solucionar ante las agresivas cuotas de negocio impuestas a mayoristas y distribuidores por parte de fabricantes. Favorecer el entendimiento entre las partes ayudaría a mejorar las consecuencias adversas del sobre stock. La clave está en dar el primer paso.
Los meses de vuelta al cole y campañas de Black Friday y Navidad serán claves para consolidar una tendencia de vuelta a la normalidad en las que es probable una reducción en el número de pedidos. Aún así, las grandes plantas de producción en China y Taiwán confían en incrementar de forma secuencial (no interanual) el envío de portátiles en un 12% y un 4% en el tercer y cuarto trimestre del año, como consecuencia del incremento de la producción de las principales marcas en un intento por lograr su objetivo anual.
Artículo publicado originalmente en 01 Sep 2022