Los fabricantes de servidores han reducido sus entregas de equipos entre un 10% y un 30% debido a la escasez de componentes, una circunstancia que se agravará a lo largo del segundo semestre del año. El déficit de semiconductores está afectando a todos los OEM de la industria de servidores, que tendrán que lidiar con retrasos todavía más pronunciados en la segunda recta del año.
A pesar de la fuerte demanda de servidores para el entorno de la nube, el desabastecimiento de circuitos integrados y CPU está reduciendo las posibilidades de hacer entrega de equipos y unidades en el plazo previsto. Ahora mismo los plazos de entrega de circuitos integrados para servidores se sitúa en torno a las 52 semanas, mientras que algunas fuentes señalan que AMD e Intel barajan retrasos de 70 semanas en la entrega de chips. La cosa también se está complicando por momentos para los fabricantes de modelos en rack que se enfrentan a una oferta ajustada de conmutadores.
Aunque las previsiones de Digitimes eran optimistas a principios de año, lo cierto es que las continuas interrupciones de la cadena de suministro impedirán que los envíos crezcan un 6% como estaba previsto inicialmente para alcanzar los 16 millones de unidades. Ni los de proveedores de servicios cloud van a poder eludir las dificultades de abastecimiento que afectan a todo el mercado.
La mejoría en las entregas no se va a producir hasta al menos el primer trimsetre de 2022, aunque los más pesimistas advierten de que esta situación podría durar hasta el siguiente ejercicio.