La semana pasada, HP anunció un plan para reducir su plantilla en todo el mundo. El recorte, que se hará realidad en los próximos tres años, podría afectar a entre 7.000 y 9.000 empleados de la multinacional, que ahora mismo cuenta con una plantilla global de 55.000 personas (2.300 en España). Por lo tanto, la reducción afectará a alrededor de un 15% de la plantilla. HP intentará aligerar su equipo a través de la salida de empleados y del retiro anticipado y voluntario de los miembros de más edad. La multinacional del PC y los equipos de impresión ha calculado que este recorte le costará alrededor de 1.000 millones de dólares.
El movimiento de HP llega justo después de que en agosto el CEO, Dion Weisler, anunciara su intención de dejar la compañía, un puesto que asumirá de manera efectiva el 1 de noviembre el español Enrique Lores. Además, hace poco la firma despidió a Nick Lazaridis, el jefe en EMEA, un puesto que ha asumido de forma temporal Helena Herrero, la primera ejecutiva de la compañía en Iberia. Según HP, el cese de Kazaridis vino motivado por cambios organizativos, pero algunos medios han apuntado a que la causa han sido los pobres resultados que viene cosechando la compañía desde principios de año en el negocio de consumibles.
En su primera declaración pública -en una carta colgada en LinkedIn- después de conocerse su nombramiento, Enrique Lores ya adelantó que uno de sus objetivos es “simplificar el modelo operativo” de HP y convertirla en una organización “más centrada en el cliente y digitalmente capacitada”. El jueves pasado, Lores aseguró que HP va a tomar iniciativas “atrevidas y decisivas” para empezar a escribir su próximo capítulo de la multinacional. En el retrovisor, Lores y su equipo tienen a la Bolsa y a los inversores. Hay que recordar que en lo que va de año, y hasta el jueves pasado, las acciones de la firma habían caído un 10%. Además, tras el anuncio el valor no remontó y pasó de 18,4 a 16,6 dólares.