El futuro de Toshiba sigue en el aire. El anuncio de las pérdidas millonarias cosechadas durante los primeros nueve meses del ejercicio fiscal de 2017 (unos 4.535 millones de euros entre abril y diciembre del año pasado) y las negociaciones de venta de su escindida rama de chips de memoria, están poniendo en cuestión el futuro de la compañía.
Según desvela El País, la propia Toshiba calcula que las pérdidas totales del pasado año fiscal podrían ascender a 9.000 millones de dólares a causa de la bancarrota de Westinghouse Electric, filial especializada en energía nuclear, que está haciendo tambalear los cimientos de la compañía de bandera japonesa.
Para enjugar estas pérdidas, Toshiba habría estado valorando la venta de su unidad de chips de memoria a la firma americana Foxconn por unos 25.816 millones de euros. Sin embargo esta es una operación que no parece contar con el visto bueno del gobierno nipón y tampoco del resto de la comunidad empresarial del país asiático, muy reticentes a ceder capital nacional a terceras empresas extranjeras.
Además de Foxconn, otras empresas que participaron en esta primera ronda de negociaciones fueron Western Digital la surcoreana SK hynix y la estadounidense Broadcom. Toshiba, que tiene previsto elegir comprador a finales de junio, seguirá adelante con las negociaciones pese a estas circunstancias, según informó una fuente de la compañía al diario japonés.