La nueva dirección de Acer asegura que se acabó lo de crecer a cualquier precio, lo de poner a reventar de máquinas los almacenes de los mayoristas sin garantizar que llegan al usuario final. En otras palabras, la nueva Acer quiere ahora un negocio viable para sí, pero también para sus mayoristas y para sus distribuidores.
Lo han dicho por activa y por pasiva Miguel Sebares, responsable del negocio profesional de Acer Ibérica, Javier Bieger, que lleva el canal certificado, y Josep Hilari, responsable de marketing de canal. “Ahora procuramos traer lo que vendemos” (Bieger); “Necesitamos unas cuotas líderes, pero saneadas. El canal está saneado; hemos cumplido con los objetivos del año” (Sebares); “Queremos ser líderes, pero de forma sostenible. No queremos ser número uno a cualquier precio. Con los mayoristas hablamos de sell-out y no de sell-in”.
La insistencia de los directivos de Acer son indicio de que hay propósito de enmienda, pero también reflejan que hay conciencia del dolor que en el pasado produjeron los desmanes de sus antiguos directivos. En los últimos años, la compañía taiwanesa desafió el statu quo de HP en el mercado de PC con crecimientos en la venta de portátiles muy por encima de la media. Hasta el punto de que Acer logró colocarse muchos trimestres como primera marca del mercado español de ordenadores.
Sin embargo, en 2011 todo se viene al traste. En marzo abandona el barco Gianfranco Lanci, el italiano que había puesto a la compañía en el mapa mundial de la informática. Lanci se va dejando claro que sus planes de futuro para Acer no tienen nada que ver con los que manejan los dueños de la empresa. Además, las previsiones a la baja en la venta de ordenadores por la competencia de las tabletas y los smartphones hacen dudar de una compañía tan centrada en el portátil.
A finales de 2011, Acer empieza a perder el tren en España y sus cifras de venta empiezan a caer más que las del resto. El mercado está tocado, pero Acer sufre más que nadie. La nueva dirección de la firma asume el bajón. Javier Bieger reconoce que hubo problemas de abastecimiento de netbooks en 2011, aunque asegura que es el único problema logístico que pudo afectar a la compañía en aquel momento. Miguel Sebares, por su parte, admite, lacónicamente, que Acer sufrió en 2011 “una reestructuración importante”. Salió un equipo gestor y entró otro.
Como consecuencia, desde finales de ese año, la filial ibérica la lleva el italiano Massimo D´Angelo, un hombre de la casa y que también tiene responsabilidades en el equipo directivo de EMEA. A partir de ahí, Acer empieza la remontada y acaba 2012, según sus directivos, como primer vendedor de ordenadores de España. En el tercer trimestre de 2012, IDC ya le situaba en segunda posición, con un 18,4% de cuota y un crecimiento del 122% respecto al mismo periodo del año anterior. En EMEA las cosas corren paralelas: un poco antes que en España entra un nuevo equipo directivo que también impone disciplina en las operaciones. No más “ser los primeros a cualquier precio”. Es el mantra de la nueva Acer.
Además de sanear los inventarios y el negocio, ahora el equipo de Sebares quiere dar un giro a la compañía, para hacerla menos dependiente del consumo, que pasa por momentos muy delicados en España, y centrarla más en la venta de equipos empresariales. Para ello presume de tener una de las gamas más extensas del mercado, pues Acer no solo vende portátiles y sobremesas, sino que también incorpora bajo su marca servidores, monitores o proyectores. Hay que recordar que la marca profesional que tuvo hasta hace un par de años, Gateway, yo no se comercializa en España ni en Europa, aunque sí, por ejemplo, en Estados Unidos.
Sebares también dice que este giro al mundo de la empresa le está dando buenos frutos en algunos mercados importantes, como el alemán. Además, garantiza que la compañía está capacitada para retos importantes en el mundo de la alta computación, pues fue capaz de montar la infraestructura de los últimos Juegos Olímpicos y cuenta con varios centros de high performance computing en el continente. “La apuesta por el segmento profesional es clara”, apostilla Sebares.