Conviene echar la vista atrás. Aunque suene hoy raro, el sobremesa fue un día el rey de la tienda y del mundo tecnológico. Hace solo una década, la práctica totalidad de los ordenadores personales que se comercializaban en España eran los clásicos sobremesas de color beis que durante mucho tiempo destacaron en el paisaje íntimo del hogar o en la oficina.
Hoy, sin embargo, los sobremesas parecen estar en retirada, en beneficio de los portátiles, los smartphones o las tabletas. Esta tendencia es clara en consumo y se ve en el espacio de las tiendas, donde las torres se ubican al final del lineal y en la zona con menos glamour del local. Sin embargo, si se miran las cifras de venta, la cosa no es tan dramática.
En España se venden cada año entre cuatro y cinco millones de ordenadores al año. Pues bien, alrededor de un millón siguen siendo sobremesas en sus más variadas modalidades. Además, la tendencia en los últimos tiempos confirma que el desktop recupera cierto terreno. Salvador Cayón, director de marketing de Sistemas Personales en HP, asegura que el sobremesa lleva un año y medio recuperando posiciones a paso lento. Eso sí, en este punto hay que distinguir entre la empresa y el hogar.
Se puede decir que las compañías siguen siendo fieles al viejo formato de desktop. De hecho, el año pasado, según Context, se vendieron casi 650.000 sobremesas empresariales, por 450.000 de consumo. Es más, cuanto mayor son las entidades, más apego tienen (según HP, en las grandes compañía sigue habiendo más desktops que portátiles, no así en las pymes donde el notebook gana por goleada). Sin embargo, los hogares hace tiempo que apostaron por la movilidad. Según Gfk, que calcula las máquinas que se venden en las tiendas de todo el país, en marzo y abril los portátiles (contado ultrabooks y netbooks) supusieron un 80% del total de las ventas, mientras que el 20% restante se repartieron entre sobremesas y torres tradicionales y los All in one, esos equipos compactos que llevan la unidad de proceso y el disco duro en la parte trasera de la pantalla.
“El comportamiento del desktop profesional está siendo un poco mejor que el del resto del mercado si nos atenemos a las cifras. Esto es así porque la mayoría de equipos se venden a la gran cuenta, que están teniendo una rebaja menor de presupuestos ya que el mayor ajuste lo iniciaron al inicio de la crisis”, explica Miguel Tormo, director comercial del mayorista MCR. Por su parte, Penélope Mantiñan, jefa de producto de Fujitsu, confía en que el sobremesa mantenga un crecimiento sostenible durante todo 2012.
El mundo de la empresa
“La venta de desktop en la empresa está muy estable después del desplome sufrido en 2009, que fue catastrófico”, asegura Salvador Cayón, de HP. Son las compañías grandes, con parques de miles de unidades, las que más siguen apostando por el viejo formato, mientras que, cuanto más pequeña es la entidad, más suele optar por el portátil para sus empleados. Según datos de HP, en las pymes más pequeñas, las ventas de sobremesas suelen rondar el 20%, mientras que en las medianas llega al 50%. Por su parte, en las grandes corporaciones, todavía son mayoritarias las compras de sobremesas frente a las de portátiles (alrededor de un 60%). “Creemos que hay entornos que requieren y necesitan bastante el formato sobremesa, como los grupos TI que generalmente son responsables de más de 50 sistemas de gestión centralizada”, aseguran fuentes de Dell.
Además, en la empresa, la variedad de formatos y precios es grande, y va desde las estaciones de trabajo de 4.000 o 5.000 euros a los clientes ligeros (equipos que ocupan poco más que de un router ADSL), que son gobernados por un procesador Atom y rondan los 250 euros. En todo caso, según HP, el precio medio de un sobremesa (sin contar monitor) ronda los 450 euros (sin IVA). Es un PVP que va bajando año a año, pero que desciende muy lentamente, al contrario de lo que pasa a otros productos tecnológicos. Miguel Tormo, de MCR, llega a afirmar incluso que los sobremesas están aumentando de precio como consecuencia de la entrada de mejoras de capacidad gráfica y los aumentos de los periféricos asociados.
Al contrario que los particulares y las familias, que reaccionan con cierta rapidez a las novedades, los analistas no esperan las compañías se entusiasmen con Windows 8, cuya versión profesional empezará a llegar a España en agosto, y con la introducción de la tercera generación de la plataforma vPro de Intel, que permite proteger mejor a los equipos, así como gestionarlos y actualizarlos en remoto. Aunque, eso sí, advierten de que la renovación de muchos sistemas es urgente. Y es que, por las dificultades económicas, muchas empresas llevan años alargando el ciclo de vida de sus PC, y todo tiene un límite.
Según Microsoft, todavía un 40% de los ordenadores instalados en España operan con XP, un sistema operativo que ya cumple 12 años. Miguel Tormo, de MCR, no tiene claro que esté habiendo una renovación de los parques empresariales. “Las señales del mercado son mixtas. Por un lado se puede pensar que las renovaciones repuntan un poco, pero también vemos que el hardware, el software y los servicios asociados al ciclo de vida TI en la empresa sigue siendo un área de ajuste en los presupuestos”. Lo tiene más claro Penélope Mantiñan, de Fujitsu, que afirma que las empresas están renovando porque son conscientes de que es una vía directa para agilizar sus procesos de negocio. “Existe una renovación por necesidad, independientemente de la llegada de Windows 8. Es normal que sea así”, zanja Mantiñán.
La virtualización no arranca
Por otro lado, muchos esperan que en los próximos años se imponga la virtualización del desktop en las empresas, lo que hará innecesario mantener puestos clientes totalmente equipados en muchos sitios y popularizará los denominados clientes ligeros (thin clients). Sin embargo, los expertos consultados por CHANNEL PARTNER no creen que esta tendencia vaya a reducir significativamente el parque de sobremesas fully equipped. “Cada proyecto de virtualización es único y personal. Indudablemente los thin clients han ampliado su campo de desarrollo, pero no creo que reduzcan el de los equipos tradicionales”, opina Penélope Mantiñan, de Fujitsu.
Desde Dell, que se hizo recientemente con Wyse, fabricante de sistemas ligeros, también aseguran que los clientes no han cambiado las preferencias y que no están sustituyendo sus sobremesas por dispositivos menos equipados para la virtualización. Más contundente es Miguel Tormo, de MCR: “Desgraciadamente nuestro país no suele ser pionero y seguimos anclados en arquitecturas tradicionales con PC completos en el puesto de trabajo”. En todo caso, mantiene esperanzas de que, con la nube y con la virtualización, las ventas de tecnología para la empresa se incrementen.
Las paradojas del PC doméstico
En el mundo del hogar, la historia es curiosa. A pesar de que brille poco en los puntos de venta, el desktop se mantiene estable (se venden unos 400.000 equipos al año) y está notando menos la crisis que otros formatos, como el netbook o miniportátil de bajo coste, que se han visto relegados por las tabletas. Esto es así porque, aunque resulte paradójico, la irrupción del iPad y las tabletas está ayudando al sobremesa a recuperar posiciones en los últimos tiempos.
Hasta hace un par de años, el usuario tenía clara que su opción de compra debía ser un portátil, aunque fuera un mamotreto de 17 pulgadas. Sin embargo, con el tablet, el usuario consigue la movilidad que quiere, al tiempo que vuelve al sobremesa como núcleo informático del hogar. Y es que las tabletas requieren de constantes sincronizaciones, actualizaciones y descargas de archivos que desde un PC tradicional, bien provisto de puertos y capacidad de proceso, son más ágiles y efectivas. Por otro lado, y aunque también suene a paradoja, el auge de la nube, esa necesidad de bajar y subir contenidos y archivos a Internet, también está haciendo que los usuarios vuelvan la vista al desktop potente, que hace de home server o home digital hub.
Esto es así porque un sobremesa no tiene limitaciones de almacenamiento ni de conectividad (hoy en día casi todos los usuarios de dispositivos móviles recurren al sobremesa para sincronizar sus datos, fotos o vídeos a través de cables, Wi-Fi o Bluetooth). Las familias están volviendo al PC tradicional por la necesidad de contar con un dispositivo que centralice y reparta los contenidos al resto de equipos portátiles y de bolsillo con que cuentan (desde la tableta al netbook, pasando por el portátil de siempre, el e-reader o incluso el teléfono móvil).
Pero también siguen fieles a este formato los exigentes gamers, los amantes de los videojuegos en alta definición, que solo en una estación de 2.000 euros equipada con el procesador de gama más alta y los gráficos más potentes encuentran respuesta a sus demandas. Además de familias y jugones, se decantan por el sobremesa los estudiantes universitarios, los diseñadores, los fotógrafos o los usuarios que quieren montar vídeos domésticos y requieren sistemas de alto rendimiento y con una elevada capacidad de almacenamiento. En este punto no hay que olvidar el despegue en los últimos tiempos de Apple. Al calor del iPhone, del iPad y de la potente imagen de marca de la manzana, los iMac han calado y la compañía fundada por Steve Jobs ya es, según Context, la segunda marca del ranking español de fabricantes de desktop para particulares.
El ‘all in one’ se hace hueco
Un fenómeno interesante en los tres últimos años ha sido el de los All in one. Estos equipos, que colocan detrás de un pantallón, en muchos casos táctil, todos los componentes de la CPU para ofrecer un diseño compacto y estilizado, suponen hoy el 20% de todos los desktops de consumo que se comercializan en este país, según HP. Eso supone que se venden alrededor de 80.000 de estos aparatos al año. Aunque Apple prácticamente inventó el formato allá por 1998 con el lanzamiento de los primeros iMac (aquellos equipos con forma de huevo y carcasa posterior de colores), el despegue definitivo llegó con la aparición de la línea TouchSmart de HP, donde, como su nombre indica, la gran novedad consistía en incorporar al aparato una pantalla táctil desde la que cualquiera, incluso un niño, pudiera gobernarlo sin problemas.
Precisamente, en Sony, otros de los que ha apostado por este formato con la aparición de dos series dentro de la familia Vaio, están convencidos de que las familias con hijos pequeños son los primeros destinatarios de estos equipos. “El all in one es más divertido, ocupa menos espacio que el sobremesa al no tener la torre y simplifica los problemas técnicos que pueden surgir con un sobremesa al llevarlo todo integrado”, dicen desde la compañía japonesa. Por espacio, diseño o multimedia, el todo en uno se ha afianzado, y eso a pesar de que su precio es alto en relación con los equipos más tradicionales y con el portátil de gama baja. Muchos equipos que hoy se pueden encontrar en el mercado oscilan entre los 800 y los 1.200 euros.
El que lleve pantalla táctil o no es determinante para el precio final. Sin embargo, HP tiene equipos desde 500 euros y Acer también los ofrece desde 600. “Hace unos años, las diferencias de precio con un desktop de las mismas prestaciones era de 200 euros, pero hoy se han reducido mucho”, asegura Salvador Cayón, de HP. Precisamente, los All in one mantienen el precio medio de los sobremesas muy cerca de los 600 euros, a pesar de que haya muchas torres con un PVP de partida de 400.
LA FABRICACIÓN NACIONAL NO ES LO QUE ERA
Allá por los 90, la mayor parte de los sobremesas de consumo que se vendían en España se ensamblaban en suelo nacional. Por aquellas fechas, los jóvenes emprendedores que montaron compañías como Ei System o ADL se hicieron ricos de la noche a la mañana vendiendo cientos de miles de equipos que, por el precio y por la rapidez con que incorporaban los últimos chips, placas o módulos gráficos, no tenían rival en los de las grandes multinacionales. Eran los tiempos en los que los “clónicos” –como despectivamente se conocía a las marcas locales- se imponían a gigantes como IBM, Compaq o HP. Sin embargo, con el auge del portátil, las cosas cambiaron en España y en el resto del mundo.
Hoy, en el mundo de la empresa, los fabricantes locales no pasan del 10 o 15% de cuota, mientras que en el del consumo pueden llegar a lo sumo al 20 o 25%. Los fabricantes locales no supieron o pudieron adaptarse. Por un lado, la complejidad técnica del producto y la necesidad de un buen soporte posventa, y, por otro, el despertar de las primeras marcas, que bajaron precios y ampliaron el número de configuraciones, dejaron a la industria nacional con una presencia residual con el paso de los años. Además, los deals o contratos con una administración que muchas veces intentó favorecer a la marca local y combatir a la multinacional pasaron a mejor vida.
La jienense Cofimán fue un buen ejemplo en la zona de Andalucía. Hoy, con líneas de montaje que en muchos casos no pasan de un par de miles de máquinas al año y que como mucho rondan las 60.000 unidades (Ticnova), la industria nacional solo puede aspirar a sobrevivir. Es una situación muy sentida por Microsoft e Intel, principales proveedores tecnológicos de esta industria, pero también por decenas de fabricantes de componentes que se han tenido que conformar con unos números irrisorios en comparación con las ventas que hacían durante el boom del sobremesa en los 90.
El tamaño en el mundo del PC importa –quizá más de la cuenta- y es difícil con una producción escasa y de ámbito nacional hacer sombra a un HP, un Asus o un Lenovo, que fabrican cientos de millones de máquinas en todo el mundo. Hoy las marcas locales viven sobre todo de servir los desktops que le piden a cuentagotas las tiendas de barrio o de pueblo con las que están asociadas. Es el caso de Ticnova (que vende a los establecimientos de PC Box y Beep), pero también de Megasur (asociada a Dynos) o Investrónica (de El Corte Inglés).Además de un problema de tamaño (o de economías de escala, como dicen los expertos), la industria local ha sufrido por no dar un servicio posventa a la altura de sus competidores.
INNOVACIONES ALREDEDOR DEL DESKTOP
–Windows 8. Llega a los equipos de empresa en agosto y a los de hogar a finales de octubre. Destaca por su interfaz (de losetas) y por ser un sistema multidispositivo. Permitirá a los usuarios trabajar en un mismo entorno desde su teléfono, tableta, portátil o desktop. Es una auténtica revolución en el mundo Windows.
–vPro con Ivy Bridge. Intel acaba de lanzar la tercera generación de la plataforma vPro, dirigida a equipos empresariales. Además de llevar los nuevos Ivy Bridge, los equipos que la incorporen llevarán herramientas de seguridad y antirrobo, así como soluciones de gestión en remoto.
–Reducción de consumo y ruido, así como una mejor disipación del calor. Hablamos de ventiladores inteligentes o apagado del sistema cuando el usuario no está cerca. Son aspectos claves, sobre todo cuando la factura eléctrica no para de subir y las empresas están embarcadas en una política de recortes que no parece tener fin.
–Espacio y diseño. Antes solo había un tamaño de torre o sobremesa, pero ahora la variedad es grande, al objeto de permitir que cada oficina tenga una solución. Hoy, sobremesas del tamaño de un router ADSL conviven con potentes estaciones de trabajo o con los all in one, donde el esfuerzo por reducir espacio también es apreciable.