Cisco anunció hace unas horas que tiene intención de despedir a 1.300 empleados en todo el mundo, lo que supone el 2% de su plantilla total, formada por 65.000 personas. Según la compañía, la medida es parte de un plan para ajustar la estructura y el funcionamiento de la compañía en un momento de debilidad del mercado motivado por la crisis económica y la mayor competencia en el mundo de las redes. John Chambers, el CEO, ha comentado que los clientes están evitando las grandes inversiones tecnológicas hasta que el panorama económico no se despeje.
A mediados de 2011, Cisco hizo un recorte más drástico de plantilla que afectó a 10.000 de sus empleados. El objetivo en ese momento era ahorrar 1.000 millones de dólares cada año. La firma pretende ahora simplificar su funcionamiento. En cualquier caso, Cisco no ha dado detalles sobre los departamentos o áreas que más se van a ver afectados. Solo ha dicho, en un comunicado, que habitualmente revisa sus planes de negocio “para alinear inversiones y oportunidades de crecimiento”.
El próximo 15 de agosto, Cisco dará los resultados del último trimestre de su año fiscal. En el tercer trimestre, concluido el 28 de abril, la compañía obtuvo una facturación de 11.600 millones de dólares, lo que supuso un crecimiento del 6,6% con respecto al mismo periodo del año anterior, y unos beneficios de 2.200 millones, casi un 20% más.