La situación geopolítica y macroeconómica se ha complicado mucho en los últimos meses, sobre todo a raíz de la invasión rusa de Ucrania y de la subida generalizada de los precios, que está en unas cotas que se veían en Occidente en décadas. Además, las subidas de tipos de interés, un arma que sacan del armario los bancos centrales en tiempos de inflación desbocada, complicará aún más las cosas a medio plazo, pues el acceso al crédito será más caro y eso ralentizará aún más el consumo y afectará a la inversión empresarial. Son piezas que encajan a la perfección en esa narrativa mediática que lleva meses en vigor y que ha anunciado un otoño caliente y complicado, marcado por un enfriamiento de la economía y los problemas en el suministro energético.
Estas turbulencias, como no podía ser de otra manera, están pasando factura al canal de distribución informático, un sector muy sensible a la evolución de la confianza económica y del comercio internacional. Para conocer el alcance de las mismas, CHANNEL PARTNER ha hablado con varios mayoristas que conocen de primera mano la evolución del mercado y que se han atrevido a hacer pronósticos sobre lo que puede ocurrir en el corto y medio plazo.
No hay duda que el año arroja por el momento malos datos. Según datos de GfK, la facturación del canal mayorista de informática en España cayó un 1,3% de enero a junio. El dato contrasta con el de 2021, cuando crecía por encima del 20%. En la primera parte del año sufrieron especialmente los portátiles y los smarpthones, las líneas de producto que más facturación generan tradicionalmente. Según GfK, de enero a junio se comercializaron un 27% menos de móviles y un 24% menos de portátiles.
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Mejor en empresa que en consumo
Pilar Martín, directora comercial de Tech Data en España, refrenda estas cifras, aunque matiza. “Efectivamente, el conjunto del canal mayorista en España está decreciendo de enero a junio. Pero las caídas van por barrios. Cae mucho más el consumo que la parte de empresa”.
No obstante, destaca que la trayectoria de Tech Data contrasta con la deriva general. “Estamos creciendo y estamos contentos. De hecho, lo hemos hecho a doble dígito [10% o más]. Y esto se debe a que nosotros tenemos mayor participación en el canal de empresa, que es el menos afectado en estos momentos y donde la transformación digital y la llegada de los fondos Next Generation contrarrestan el efecto negativo de la inflación”, añade Martín.
En una entrevista que publicamos en este mismo número, Javier Bilbao Goyoaga, consejero de Esprinet Ibérica y responsable de su brazo de soluciones informáticas (V-Valley), reconoce la caída “drástica” que está habiendo en la venta de dispositivos como los smartphones, aunque asegura que tiene su lógica después de dos años de “crecimientos inusitados”.
“El problema de suministro continúa afectando a algunas categorías de producto, pero la situación es de mejora continua”, dice Pilar Martín, de Tech Data
Por su parte, José Ángel Sánchez, director de marketing Depau, dice que el alza de los precios en otros sectores, las malas previsiones económicas y el auge del turismo han hecho que muchos consumidores prioricen la adquisición de otros productos antes que los tecnológicos. “Más aun cuando venimos de un periodo en el que estos dispositivos se han visto ampliamente renovados con motivo del teletrabajo o las clases online”.
Para Daniel Valenzuela, CEO de Zaltor, mayorista especializado en soluciones de ciberseguridad y administración de servicios, la sensación en agridulce ahora mismo. “La incertidumbre económica nos retrotrae a la crisis financiera de 2008. En el sector privado la toma de decisiones se alarga y se paralizan inversiones. Sin embargo, la digitalización, muy potenciada por la pandemia, sigue fuerte. Por otro lado, en el sector público estamos viendo que la inyección de fondos favorece la inversión”.
El dólar se convierte en un problema
Otro factor en contra del canal informático es la revalorización del dólar con respecto al euro. A mediados de julio la moneda estadounidense, un valor refugio en tiempos de incertidumbre, superó al euro por primera vez en 20 años, y esa equiparación nunca vista repercutirá, según Pilar Martín, de Tech Data, a partir de septiembre y octubre “con un incremento de precios generalizado”. “Esto es así porque la base de muchos productos informáticos son componentes que se cotizan en dólares”, explica. Eso sí, José Ángel Sánchez, de Depau, cree que la subida del dólar se está viendo en parte compensada con una reducción del margen comercial por parte de los fabricantes.
Pero no todo son malas noticias. Una buena es que la carestía de componentes se va reduciendo, aunque sigue siendo una cuestión que preocupa a los profesionales del sector. “El problema de suministro continúa afectando a algunas categorías de producto, pero la situación es de mejora continua. Por ejemplo, en la parte de puesto de trabajo y smartphones la situación se ha normalizado, aunque puede haber productos concretos con problemas. Si antes en movilidad las demoras afectaban al 70% de los portátiles, ahora afectan al 10%”, explica Pilar Martín.
“Las tarjetas gráficas de gama alta han pasado de ser muy difíciles de conseguir a ser excedentarias”, asegura José Ángel Sánchez, de Depau
De hecho, las últimas informaciones señalan que grandes fabricantes de chips, como TSMC, han cambiado el discurso y ahora alertan de que sufren un exceso de stock que se podría mantener hasta mediados de 2023, en parte debido a la caída de esos fabricantes de portátiles y smartphones que ahora tienen menos pedidos en cartera. Y también que ha habido una bajada de los precios de los fletes en el transporte marítimo, y de la congestión de los puertos, que llegaron a máximos en el peor momento de la pandemia y pusieron contra las cuerdas las cadenas logísticas.
Sin embargo, el problema más grave ahora mismo está en las entregas de servidores para centros de datos. “Tenemos algunos pedidos que pueden llegar a un año, aunque no se puede generalizar”, reconoce Martín. Para José Ángel Sánchez, los problemas logísticos siguen estando ahí, pero se ven compensados con la caída de la demanda. “Un claro ejemplo son las tarjetas gráficas de gama alta, que han pasado de ser muy difíciles de conseguir a ser excedentarias”, asegura.
Lentitud de los fondos europeos
El ritmo de concesión de los fondos europeos es otro problema que mencionan los mayoristas. Pilar Martín asegura que el proceso de ejecución de las ayudas “va lento”. “Acaba de lanzarse la segunda convocatoria [del Kit Digital], ahora para empresas de tres a nueve empleados. En la primera convocatoria, para empresas de 10 a 49 empleados, las expectativas iniciales eran mayores de lo que al final ha acabado siendo. El cómo van a recibir el dinero las empresas ha sido un freno para pedir las ayudas. Las compañías tienen un periodo de un año para recibir los dineros, y muchas que son pequeñas no están dispuestas a aguantar tanto. Eso sí, en algún momento habrá que acelerar la asignación de fondos, porque el dinero está ahí”.
“Los fondos UE Todavía no han llegado a impactar con la profundidad que esperábamos”, reconoce Javier Bilbao-Goyoaga, de V-Valley
“Los fondos UE Todavía no han llegado a impactar con la profundidad que esperábamos”, abunda Javier Bilbao-Goyoaga, de V-Valley, quien achaca esta situación a la desinformación existente y al orden de prioridades del Gobierno. “El problema es que se están agilizando antes las ayudas y subvenciones para infraestructura y entorno agrícola que las previstas para la transformación digital de las organizaciones”
Por último, pedimos a los mayoristas que participaron en este reportaje una previsión de negocio para los próximos meses y para todo el año. En general, todos reconocen las dificultades que hay por delante y se muestran cautos, aunque algunos no renuncia a un moderado optimismo y matizan que alegrías y tristezas irán por barrios. “En general, hay mucha incertidumbre y fácil no va a ser. Habrá que ir partido a partido”, se atreve a decir Pilar Martín.
Y va más al detalle: “El consumo va a depender del IPC o de la duración de la guerra en Ucrania. También repercutirá la subida del dólar en septiembre y octubre. En consumo, podemos decir que pintan bastos. En la parte de empresa queremos creer que el resultado puede ser más positivo. La combinación de transformación digital, teletrabajo y la llegada de los fondos Next Generation nos hace ser más optimistas. Aunque en B2B también habrá incremento de precios”.
Siempre nos quedará la pyme
José Ángel Sánchez, de Depau, está de acuerdo con que la demanda de tecnología por parte de los hogares es lo que más sufrirá: “Las perspectivas son malas y esperamos un año difícil en términos generales para el consumo”. En el caso de su empresa, verían con buenos ojos igualar en este 2022 la facturación que tuvieron el año pasado. Pero todo depende de que la inflación siga en niveles cercanos al 10% muchos meses más o comience a bajar ostensiblemente.
“A pesar de todo, la digitalización, muy potenciada por la pandemia, sigue fuerte”, afirma Daniel Valenzuela, de Zaltor
Por su parte, Javier Bilbao-Goyoaga reconoce que la complicada situación presiona a la baja las rentabilidades del canal. “En cualquier caso, yo soy optimista porque aunque el consumo va a estar más tocado, las pymes seguirán siendo extremadamente resilientes. ¡Es magnífica la capacidad de aguante del principal tejido empresarial de este país!”, zanja el directivo.
También apuesta por un moderado optimismo Daniel Valenzuela, de Zaltor: “La incertidumbre económica nos retrotrae a la crisis financiera de 2008. En el sector privado la toma de decisiones se alarga y se paralizan inversiones. Sin embargo, la digitalización, muy potenciada por la pandemia, sigue fuerte. Por otro lado, en el sector público estamos viendo que la inyección de fondos favorece la inversión”. Ahora toca esperar y ver si ese otoño del que hablan periodistas y analistas es tan complicado como pronostican.