El exceso de inventario que se está produciendo en el mercado de consumo se compensará con una mayor apuesta por el negocio profiesional y con la planificación y anticipación de necesidades. Asi lo considera Alberto Pascual, executive director de Ingram Micro, quien reconoce que en cuestión de unos meses hemos de la escasez y problemas de suministro al más que probable exceso de inventario de productos tecnológicos. Esta situación afecta sobre todo al mercado de consumo lo que obliga al canal a centrarse en el mercado profesional.
Según el directivo, el 30% del parque actual del mercado profesional será amortizado totalmente en lo que resta de ejercicio. “Lo cual, unido a la tendencia de consolidación de los modelos de trabajo híbridos, augura buenas perspectivas en la renovación de este perfil de equipos que, además, tiene un precio superior a los de consumo. Así que se compensaría ese exceso de inventario”.
Alberto Pascual también asevera que para evitar los efectos indeseados del sobrestock será necesario planificar y anticipar las necesidades de suministro “compartiéndolas de forma honesta con toda la cadena de suministro”. La idea es asegurar la disponibilidad en el momento preciso sin el sobrecoste que supone el exceso de inventario motivado por lo que dentro del Canal se conoce como “efecto látigo”.
Desde principios de año se ha comenzado a desacelerar el extraordinario crecimiento en la venta de PC que se produjo durante la pandemia, ¿cómo está afectando eso al conjunto del mercado y al canal más concretamente?
Debido sobre todo a la severidad del primer confinamiento, se disparó la demanda de la tecnología de consumo hasta el punto de que no se podía cubrir la distribución de forma correcta al no haber tanta producción disponible. Este año se han unido dos factores: la normalización de la situación pandémica, y el aumento de la inflación, que está haciendo descender los índices de consumo. Según la consultora Gartner, al término del año decrecerá un 13% la venta de PCs, tras un par de años con unas cifras excelentes. Hay sobreoferta de productos tecnológicos a los que hay que buscar salida. Una situación en la que el sector del Canal se ha visto obligado a centrarse en el mercado profesional, debido a la incertidumbre que provoca ahora mismo el sector de los consumidores de a pie.
Durante dos años hemos hablado de chips y componentes, ¿con este cambio de tendencia se está produciendo ahora un exceso de inventario?
No se está produciendo de forma inmediata, pero llegaremos enseguida a ese punto. Sobre todo por dos factores confluyentes. Por un lado, debido al clima de tensión política entre Taiwán y China, se está desviando la producción de semiconductores con medidas como la aprobación en Estados Unidos de la ley ‘CHIPS and Science’, y eso acabará generando un reabastecimiento de chips que derivará en un exceso de inventario. Y por el otro, lo que antes apuntaba: la previsible caída en el consumo de tecnología cuando llegue el otoño.
Pero es que, además, la crisis de semiconductores que se produjo al principio de la pandemia, cuando China dejó radicalmente de fabricarlos por un tiempo, dejó secuelas. El Canal tuvo que anticipar pedidos para cubrir una futura demanda, y los fabricantes aplicaron medidas para incrementar la productividad, intentando atender al crecimiento del consumo tras la fase aguda de la pandemia. Por eso, aunque ahora falten microchips, a medio plazo llegaremos a un punto de saturación de la oferta.
“La tendencia de consolidación de los modelos de trabajo híbridos augura buenas perspectivas en la renovación de este perfil de equipos que, además, tiene un precio superior a los de consumo. Así que se compensaría ese exceso de inventario”
¿Ese posible exceso de inventario va a afectar a todos los modelos y gamas de equipos? ¿Cuáles van a ser los más afectados?
La incertidumbre que se ha creado en el mercado de consumo debido a la evolución de la inflación afecta especialmente a los modelos dirigidos a este segmento de mercado. Sin embargo, lo cierto es que todavía queda bastante demanda pendiente de satisfacer para aplicaciones, como el gaming, que requieren de tarjetas gráficas de alto rendimiento, si bien esas entregas empiezan ahora a mejorar. Por otro lado, estimamos que, aproximadamente un 30% del parque actual del mercado profesional será amortizado totalmente en lo que resta de ejercicio. Lo cual, unido a la tendencia de consolidación de los modelos de trabajo híbridos, augura buenas perspectivas en la renovación de este perfil de equipos que, además, tiene un precio superior a los de consumo. Así que se compensaría ese exceso de inventario.
¿Cómo intentarán solventar esta problemática desde Ingram Micro?
De nuevo hay aquí dos situaciones distintas. Por un lado, tenemos el retraso en la entrega de microchips, que todavía está por resolver, y no se solucionará en el corto plazo. En este caso, recomendamos buscar alternativas tecnológicas temporales que palíen el problema. Por ejemplo, para necesidades de cómputo y almacenamiento, se pueden emplear soluciones de pago por uso basadas en la nube, o bien optimizar infraestructuras ya existentes mediante software que permita virtualizar recursos.
En cuanto al momento en que lleguemos al punto de la sobreabundancia de semiconductores, habría que planificar y anticipar necesidades, compartiéndolas de forma honesta con toda la cadena de suministro. La idea es asegurar la disponibilidad en el momento preciso, sin el sobrecoste que supone el exceso de inventario motivado por lo que dentro del Canal se conoce como “efecto látigo”. En todo caso, desde Ingram Micro ofrecemos asesoramiento a nuestros partners para facilitarles la alternativa tecnológica de uso inmediato que sea más idónea para cada funcionalidad.
¿Cómo cree que va a concluir el ejercicio ante el panorama de incertidumbre que se presenta?
Como señalas, realmente es complicado determinar al 100% hacia dónde nos va a llevar la situación, teniendo en cuenta la fuerte incertidumbre que se está viviendo en el sector y, en líneas generales, en la economía global. Con la caída de la demanda de productos, y el menor poder adquisitivo de los usuarios, se producirá una bajada de precios general de la tecnología para poder dar salida al inventario, e intentar, de esta forma, la reactivación de las ventas. Antes apuntaba que el Canal tendrá que apoyarse en el sector profesional para paliar esa caída de ventas, y ahí hay un rayo de esperanza.
¿Se va a parar el proceso de transformación digital emprendido por las empresas?
En absoluto. Es un proceso imparable, precisamente porque el tejido industrial español necesita esa digitalización para acabar de modernizarse y enfrentarse con mayores garantías a situaciones como la actual. En todo caso, el Canal siempre ha demostrado una capacidad casi ilimitada para reinventarse y adaptarse a las circunstancias del mercado. En este caso, lo seguirá haciendo, y esperamos que, con su ayuda, las Pymes de toda la región española puedan aprovechar al máximo las posibilidades que brinda el paquete de ayudas del Kit Digital de cara a su transformación digital.
