No sólo mayoristas de impresión como DBP, Escribano Levante, Dartec Informática y Socket Computer tuvieron que echar el cierre por la falta de actividad empresarial durante la pandemia. Otras firmas especializadas en el negocio corporativo no sobrevivieron a los meses de confinamiento y compañías como SM Data, con 30 años de trayectoria en el sector de almacenamiento, se vieron abocados a su desaparición.
Este año ha habido grandes noticias para el canal de distribución. La enorme demanda de equipamiento generada para posibilitar el teletrabajo y la educación a distancia ha provocado una explosión de las ventas y un crecimiento generalizado en los ingresos del canal de inform Sin embargo, algunos mayoristas y resellers no fueron capaces de capear el temporal durante los meses más duros del confinamiento y se vieron abocados a cerrar sus puertas definitivamente. Es lo que les sucedió a los mayoristas de impresión DBP o Escribano Levante que, a causa del cierre de las oficinas y la inactividad de periféricos y multifuncionales empresariales, dejaron de estar operativos y debieron clausurar sus empresas.
Otros empresas del área de la impresión como Dartec Informática, mayorista de Oki desde su nacimiento, aunque mantiene operativa su página web, no parece tener activado su número telefónico ni su mail. Con unos ingresos de 265.462 euros en el balance de 2019, parece que mantiene una actividad económica mínima. En la búsqueda de la empresa a través de Internet, Google alerta de que la compañía está cerrada permanentemente.
Lo mismo le sucede a Socket Computer, submayorista con sede en Toledo, y que llegó a facturar 3,53 millones de euros en el ejercicio de 2018, pero que actualmente no tiene operativas ni la web ni su número de contacto. Las oficinas de la compañía también han sido clausuradas y aunque no han declarado su liquidación ni quiebra, no parecen tener actividad alguna.
Pero las vicisitudes también afectaron a otros mayoristas más focalizados en el sector corporativo como es el caso de SM Data, firma catalana con vocación nacional especializada en el sector de almacenamiento y que afrontó su cierre en el mes de julio del pasado año. Tras una trayectoria de más de treinta años en el sector, la empresa se declaró en concurso de acreedores para entrar en liquidación y afrontar un ERE de despido colectivo que afectó a toda la plantilla.
Según la dirección de la empresa, las causas de su extinción y punto y final hay que buscarlas en una drástica bajada de la facturación debido a la crisis del Covid-19 “que no le permitía afrontar los pagos necesarios para la continuidad de la compañía”. En su haber queda una trayectoria centrada en el negocio de redes de almacenamiento y contratos suscritos con proveedores de la talla de NetApp o Veritas. En el Ranking del Canal elaborado por CHANNEL PARTNER llegó a ocupar el puesto 88 con 4,24 millones de euros de facturación.