En sus inicios, la virtualización de servidores la realizaba sólo el 10% de las empresas, pero la cifra ha ido incrementando y en 2009 el número de servidores virtuales instalados superaba a los físicos. En la actualidad, más de la mitad de las infraestructuras son virtuales, pero aunque la cifra aumenta y se prevé que el número de máquinas trabajando de forma virtual supere a las tradicionales, existe un 50% de empresas que aún no han virtualizado sus infraestructuras y un 80% de los servidores virtualizados que no gestionan ni monitorean su actividad. Visto así, esto es una oportunidad para el mercado, ya que hay organizaciones que consideran la consolidación y virtualización de sus servidores como prioridad crítica que representa nuevos desafíos en sus proyectos de actualización y que la monitorización de errores y la gestión de la infraestructura virtual aún son muy deficientes.
Si es cierto que la monitorización, latencia y producción a nivel de componentes se ha ido realizando en dosis pequeñas en servidores físicos, pero la virtualización exige una monitorización más subjetiva de la experiencia de usuario final para garantizar que no degrade las etapas posteriores del proyecto.
Hasta hace poco existían fabricantes que con su tecnología virtualizaban únicamente las infraestructuras, pero a esto se le ha sumado la posibilidad de monitorización, y ahora se ofrece conjuntamente, siendo más ventajoso para las empresas.
Pero, ¿realmente es beneficioso monitorizar los servidores de una empresa y gestionar su actividad? Claramente genera beneficios. Ofrece un conocimiento operacional del entorno virtual que antes no era posible, especialmente en la visualización sencilla de la infraestructura mediante colores y rendimiento, pudiendo gestionar la capacidad de una manera más optimizada.
Monitorizar ayuda a mejorar la infraestructura y la disponibilidad de las aplicaciones, reduciendo su tiempo de inactividad hasta un 36%, disminuye el tiempo de diagnóstico y resolución de problemas, así como los costos generales de una empresa, llegando a ser visible el ROI por los clientes a partir del tercer mes instalado.
Todo esto permite a la empresa ofrecer mayor calidad de sus servicios, tener menos incidentes, incrementar en un 70% sus ganancias de productividad en las tareas de gestión, mejorar la colaboración de equipos obteniendo una mejor visibilidad en el entorno, y el cumplimiento continuo con las políticas de TI. Otro aspecto importante, es si las empresas se sienten cómodas y confiadas a la hora de virtualizar sus aplicaciones críticas. En el viaje hacia el cloud computing las empresas tienen que asumir el paso de virtualizar servicios core y críticos para sus negocios. Para que esto suceda la tecnología de los principales fabricantes de virtualización ha evolucionado en sus funcionalidades, fiabilidad y gestión para que todos sus clientes puedan afrontar este reto y obtener las ganancias que ya conocen de haber virtualizado parte de su infraestructura. En resumen, estamos hablando del sector de la virtualización como uno que en pocos años ha pasado de representar el 10% del mercado a ser casi el 90%, por lo que además de ser el que más rápido está creciendo es donde también se están centrando los mayores esfuerzos. Teniendo esto presente, ¿creéis que podemos permitirnos no aprovechar la virtualización para hacer nuestros negocios más rentables?