Durante el año que acabamos de dejar atrás, la trayectoria de la economía mundial estuvo marcada, entre otras cosas, por las continuas oscilaciones en el precio del petróleo, que en determinados periodos iba alcanzando marcas históricas casi a diario {el 30 de diciembre el barril cotizaba a 43,64 dólares}. Estas dramáticas subidas repercutieron inmediatamente en el aumento del precio del transporte, un terreno vital para el sector de la distribución informática. No en vano, Xavier Vázquez, director de logística de UMD, manifestó que durante 2004 los precios de los fletes sufrieron constantes aumentos hasta octubre, cuando los cargos por mercancías marítimas experimentaron un ligero retroceso. Por su parte,Fernando Moyano, responsable de distribución de Diode, señala que su compañía está sufriendo incrementos que oscilan entre el 8% y el 10% del coste del transporte asociado tanto a las importaciones y exportaciones como a la distribución nacional. Para el mayorista, una parte fundamental de su negocio es la logística, así que el coste asociado a ella repercute muy directamente en los resultados de la compañía. “Dado lo reducido de los márgenes en un sector como el de la informática, un incremento de este tipo afecta muy negativamente a los costes logísticos y por tanto al margen de beneficio”, puntualiza el responsable de Diode.
En este punto, Jorge Sáez, director financiero y de logística de GTI, señala que de continuar la escalada del combustible habrá que pensar en medidas adicionales para repartir el coste entre todo el canal “y que no sea absorbido únicamente por el mayorista”. De momento, los clientes de GTI tampoco están notando las fluctuaciones del coste del crudo, aunque Sáez señala que el mayorista no descarta “ajustar las tarifas para el ejercicio 2005”. Entre las posibles medidas para paliar estos perniciosos el aumento de costes, los mayoristas mencionan la agrupación de pedidos por volumen o la subida de precios.