Mucho ha cambiado el mercado mundial de la telefonía móvil en los últimos 10 años. Si en un principio fue un negocio multiplataforma, con varios proveedores repartiéndose de forma muy equitativa el mercado, ahora es claramente un duopolio que comparten Google (con Android) y Apple. Así, según datos de IDC referentes a todo el año 2020 y proporcionados por Statista, el 84% de los smartphones comercializados en el mundo iban cargados con Android, mientras que el 16% eran iPhones con iOS. Se puede decir claramente que estamos ante un duopolio, aunque también es justo decir que Google no fabrica aparatos y que son otros (Samsung, Xiaomi, Oppo…) lo que ponen el hardware.
Eso sí, ni rastro hoy de las tecnologías que en 2010 disputaban también el protagonismo en este mercado, como Blackberry y Windows Phone. De hecho, hace una década los smartphones con el teclado, que eran la seña de identidad de Blackberry y que tanto cautivó durante aquellos años a los usuarios profesionales, suponían un 16% de las ventas mundiales, según IDC. Mientras tanto, Windows Phone, la apuesta de Microsoft, rozaba el 5%. Y, lo más importante, había hasta un 40% de smartphones que no cargaban ninguna de las opciones principales del mercado, lo que da una idea de la fragmentación del negocio por aquellos años.
Otro dato interesante es el tamaño del mercado. En 2010 se vendieron 305 millones de aparatos, según IDC, mientras que en 2020 las ventas rozaron los 1.300 millones de dispositivos, es decir, cuatro veces más. Además, después del shock que supuso en este mercado la pandemia durante 2020, las previsiones para el negocio de los smartphones vuelven a ser optimistas. IDC espera que se vendan 1.380 millones de aparatos este ejercicio, lo que será la mejor marca desde 2015. La extensión de las redes 5G y el abaratamiento de los teléfonos preparados para este tipo de conexión vonverán a tirar de un negocio que no tiene fin.
