El 2017 ha sido un año agitado para Toshiba a nivel internacional. La compañía todavía está pendiente de sanear sus cuentas, para lo que intenta desde hace tiempo vender en buenas condiciones su potente filial de chips de memoria Flash para enjugar el agujero que dejó la devaluación de su subsidiaria de energía nuclear en Estados Unidos, Westinghouse Electric. La presentación de cuentas de la compañía la próxima primavera será decisiva para ver cómo acaba todo.
En cualquier caso, en España el negocio informático de Toshiba marcha bien, según los datos aportados ayer en una comida de prensa por Emilio Dumas, director general de Toshiba Iberia. El directivo reconoció que el año ha sido bastante irregular en el ámbito del portátil para empresas, que es donde compite Toshiba, pero también aseguró que en los últimos meses la filial ha experimentado un “crecimiento espectacular de las ventas” como consecuencia de la reactivación de la demanda de la administración pública, sobre todo de la autonómica. “Se han liberado presupuestos. Hay pedidos todos los días”, destacó Dumas.
El jefe de Toshiba en España también aseguró que las medianas y grandes empresas están prefiriendo pagar más por un portátil de Toshiba porque así se ahorran las “malas experiencias” con el soporte que dan otros fabricantes. “Nuestras últimas gamas no fallan nunca”, presumió Dumas. Según los datos aportados por el directivo, Toshiba va a acabar el año con unas ventas de 65.000 portátiles en España. Además, la filial ibérica quedará como “la mejor de Europa por rentabilidad”.
Dumas destacó que Toshiba está volcada en la venta de portátiles de gama alta, una categoría que copa el 40% de sus ventas. “En máquinas de más de 1.500 euros tenemos una cuota importante”, resaltó. Por último, Dumas aseguró que espera que la bonanza se mantenga el próximo año. “Esperamos buenos resultados en 2018”, adelantó.