Hay empresas en el sector tecnológico que se enfrentan a rotaciones de plantilla anuales de hasta el 25% o 30%. Es decir, cada año dicen adiós uno de cada cuatro empleados, y cada año otros tantos nuevos se enganchan al proyecto. Gestionar tanta ida y venida es muy complicado, y convierte la gestión diaria en un quebradero de cabeza. Además, impide muchas veces ofrecer al cliente un servicio coherente y de calidad.
Según la plataforma de contratación de programadores Joppy, estos profesionales no llegan, por término medio, a permanecer ni siquiera dos años en una misma compañía. Otras fuentes dicen que la permanencia media de un profesional el sector informático no pasa de cuatro o cinco años.
Aunque en los últimos tiempos vemos cómo hay problemas para hallar profesionales cualificados en muchos sectores, sobre todo desde que se desató el fenómeno de la gran renuncia, en el mundo tecnológico la falta de talento es un problema estructural y que viene de lejos. Según la patronal DigitalES, en el sector informático español había más de 120.000 vacantes sin cubrir en mayo del año pasado. Y es probable que esa cifra sea aún más abultada en la actualidad.
Llevamos muchos años oyendo voces de alarma que advierten de que las compañías de este país difícilmente se van a poder digitalizar y competir si no se corrige este desfase entre oferta y demanda de empleo en la industria que tiene que propiciar este cambio. Y muchos directivos del canal reconocen que sus compañías no crecen más ni cogen vuelo precisamente por esta restricción laboral.
El trabajo en remoto ha llegado definitivamente para quedarse, al menos en las expectativas de los empleados. Y ellos mandan ahora
Es verdad que la rotación va por barrios (tecnologías), tipos de empresa y perfiles profesionales. Es más alta entre los perfiles junior, que buscan incrementos salariales por encima de estabilidad o beneficios sociales, por ejemplo. Y también es mucho más acusada en las llamadas consultoras bodyshopping, dedicadas a ceder profesionales a las cuentas finales, que en los puestos del departamento informático de los clientes, donde los salarios y las condiciones suelen ser mejores.
El teletrabajo ha venido a complicar las cosas a los gestores de las empresas informáticas. El trabajo en remoto y la flexibilidad horaria en muchos casos son las primeras demandas de los empleados, lo que puede comprometer el aterrizaje de los nuevos empleados y su formación y progresión en la organización. Así están las cosas, y así es probable que sigan estando en el corto y medio plazo. Según datos de Hays, sólo uno de cada cuatro empleados en este país aceptaría una oferta totalmente presencial. El trabajo en remoto ha llegado definitivamente para quedarse, al menos en las expectativas de los empleados. Y ellos mandan ahora.
“Hay que cuidar al nuevo empleado desde el primer momento que pisa en la oficina, con su mochila corporativa y su botellita de agua”
Los expertos aconsejan a los directivos de las empresas tecnológicas dejarse de discursos lastimeros y adaptarse rápidamente a esta coyuntura y mejorar su marca como empleadores. La mezcla de buenos salarios y teletrabajo es la fórmula de éxito. Es indudable. Y a eso se puede añadir la elaboración de un buen plan de carrera, el trabajo en proyectos y tecnologías punteras y atractivas, la semana de cuatro días, la jornada continua todo el año, los días extra de vacaciones, las formaciones durante la jornada laboral, las salidas para team building o incluso los packs de recibimiento. Hay que cuidar al nuevo empleado desde el primer momento que pisa en la oficina, con su mochila corporativa y su botellita de agua. Todo es poco cuando el talento escasea.