Tener liquidez es clave en el día a día de cualquier empresa. Es la gasolina que mueve a una compañía a nivel financiero. Y el retraso en el cobro de las facturas es una de las principales razones que pone en peligro esa disponibilidad de liquidez y por tanto la viabilidad de las empresas.
Especialmente en un país como España, donde los plazos de pago superan en tiempo lo que marca la Ley, que son 30 días para la administración y 60 días para el sector privado.
En este escenario, herramientas financieras como el factoring y el confirming ayudan a conseguir de forma inmediata esta liquidez. Y también son muestras de modernización del sistema financiero.
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Qué es factoring y confirming
El factoring se presenta como un método interesante para financiarse con las propias facturas, sin tener que recurrir al crédito bancario. En esencia, el factoring es un servicio que consiste en pasar las facturas generadas a una tercera compañía (por lo general un banco) que se ocupa de cobrarlas. A cambio, el especialista en factoring (la entidad financiera) se lleva una comisión sobre esas facturas.
Hay dos modalidades principales de factoring. Está el factoring sin recurso, donde la empresa que presta el servicio asume el riesgo de impago del cliente o deudor. Y también está el factoring con recurso, donde el especialista no asume este riesgo y puede reclamarlo finalmente a la compañía que ha contratado el servicio.
Por su parte, el confirming es un servicio que actúa como el factoring, pero en sentido inverso. Son los proveedores de la empresa que contrata este servicio los que se benefician cobrando de forma inmediata el importe de las facturas que esta les adeuda. También suelen ser las entidades financieras o de crédito las que ofrecen servicios de confirming.
Principales diferencias entre factoring y confirming
La principal diferencia es que el factoring es un servicio de cobros que está pensado para agilizar las relaciones comerciales de una empresa con sus clientes, mientras que el confirming es un servicio de pagos que se centra en las relaciones con los proveedores, que son deudores. Con el factoring, la empresa se asegura el cobro a corto plazo por la venta de sus productos o servicios. Mientras que el confirming asegura el cobro al proveedor.
En el caso del factoring, es la empresa la que obtiene liquidez, mientras que en el caso del confirming, son los proveedores los que mejoran su circulante. Otra diferencia. Con el factoring la empresa mejora su capacidad de negociar plazos y condiciones con los clientes. Mientras que el confirming le permite mejorar las condiciones con los proveedores.
Ventajas del factoring
La primera ventaja del factoring es que la empresa que lo contrata dispone de liquidez inmediata, sin tener que esperar a que sus clientes paguen las facturas, una operación que, por término medio, dura nada menos que 72 días en España, según datos de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad.
Además, la empresa evita la generación de deuda que luego le perjudique a la hora de pedir un préstamo para cualquier otro fin. Y también ahorra en recursos humanos dedicados a la gestión de cobros
Ventajas del confirming
El confirming permite a las empresas pagar de forma anticipada las facturas a sus proveedores. Derivado de ello, mejorará su imagen frente a terceros, al presentarse a ellos como una firma solvente y con buenas prácticas en su servicio de pago.
Además, el confirming mejorará la capacidad de negociación de la compañía con sus proveedores y tendrá más fácil acceder a descuentos, mejoras en el servicio o adelantos en la hora de entrega. También reduce la carga administrativa de la empresa y evita la emisión de pagarés, cheques o letras de cambio. Por su parte, los proveedores podrán cobrar sus facturas al contado.
Inconvenientes del factoring y el confirming
Uno de los problemas del factoring es que las comisiones que pagan las empresas por cada operación pueden ser elevadas. Además, las empresas pueden pagar otras comisiones por diferentes gestiones asociadas.
También el factoring puede suponer una merma de la imagen de la empresa a ojos de sus clientes, al participar un tercero que reclama el pago de las facturas.
Entre las desventajas del confirming está el hecho de que la empresa que lo contrata necesita tener un volumen de compras a proveedores bastante alto y distribuido de forma regular en el tiempo. Además, el coste del servicio puede ser alto y obliga a centralizar negocios a la compañía que lo contrata.