Hace unas semanas, el economista Santiago Niño Becerra, uno de los pocos que predijo claramente la crisis financiera e inmobiliaria de 2008, hizo unas declaraciones que levantaron revuelo. “Gran parte de la población no quiere pensar en lo que ocurrirá en tres meses, estamos ante el último verano, como la película”, dijo por la radio. De esta forma, Niño Becerra se refería a la euforia consumista y vacacional que vivimos tras dos años duros de pandemia, y que contrasta con los augurios de complicaciones para el otoño que se nos vendrá encima una vez el sol deje de calentar y los días se hagan más cortos.
Esa es la sensación general de la economía, y también la que se respira en el sector tecnológico. “Que me quiten lo bailao”, se dicen muchos. Las estupendas reservas turísticas y de vuelos demuestran que nadie quiere perder la oportunidad de disfrutar al fin de libertad y juerga. Por lo menos hasta la vuelta de vacaciones, cuando la inflación, la incertidumbre energética, la subida de tipos de interés y el consiguiente deterioro de las expectativas económicas probablemente nos devuelvan, con una sonora bofetada, a la realidad.
Por lo que cuentan las consultoras tecnológicas, ese runrún de crisis ya se ha instalado en los clientes, alimentado indefectiblemente por una guerra en Ucrania que se enquista. Compañías y administraciones siguen invirtiendo y valorando positivamente la digitalización como vía para ganar competitividad, pero empiezan a adoptar una actitud más cautelosa, de “esperar y ver” (wait and see). Habrá que ver si los famosos fondos europeos, que no acaban de despegar, tendrán la capacidad para variar algo este escenario. En los próximos meses y en el comienzo de 2023 serán más necesarios que nunca.
Por el momento, el sector TI apura el verano y la presencialidad poscovid. En junio hemos tenido muchos eventos y fiestas de premios y reconocimientos para los partners. También hemos tenido puestas de largo, como la de Primavera, que después de dos años de cocina, ha presentado su proyecto para liderar el mercado español de software de gestión en 2025. O la de Nunsys, que ha anunciado su intención de salir a Bolsa en busca de financiación para hacer crecer su línea de soluciones propias y su negocio internacional. Y hemos visto operaciones de compra en el canal, sobre todo en el ámbito de la ciberseguridad, donde Devoteam o SIA han movido ficha.
El panorama es extraordinariamente complejo e imprevisible debido sobre todo a la guerra en Ucrania, que ha puesto en primer plano todas las incertidumbres globales. Ahora falta saber hasta qué punto afectará a una industria informática que, en cualquier caso, seguirá siendo palanca de cambio imprescindible para hacer realidad el mundo de mañana.