Google ha acordado pagar cerca de mil millones de euros (1.100 millones de dólares) a las autoridades francesas para resolver una investigación de fraude fiscal que comenzó hace cuatro años en un acuerdo que puede crear un precedente legal para otras grandes empresas tecnológicas presentes en el país.
Los investigadores franceses han intentado establecer si Google, cuya sede central europea se encuentra en Dublín, no pagó sus cuotas al estado al evitar declarar partes de sus actividades en el país. El acuerdo comprende una multa de 500 millones de euros e impuestos adicionales de 465 millones de euros, dijo Google en un comunicado.
Google, parte de Alphabet Inc, paga pocos impuestos en la mayoría de los países europeos porque informa casi todas las ventas en Irlanda. Esto es posible gracias a una laguna en el derecho fiscal internacional, pero depende de que el personal de Dublín celebre todos los contratos de venta. “El acuerdo permite resolver una vez todas estas disputas pasadas”, dijo Antonin Levy, uno de los abogados de Google, en una audiencia en el tribunal de París.
El pago combinado de impuestos es inferior a los 1.600 millones de euros que el ministerio de finanzas había estado buscando de Google después de que las oficinas de la compañía en París fueron allanadas en 2016. En ese momento, el ministerio había descartado llegar a un acuerdo con la compañía. El ministro de Presupuesto, Gerald Darmanin, dijo el jueves al periódico Le Figaro que el acuerdo crearía “un precedente legal y agregó que se están manteniendo conversaciones con varias otras compañías, grandes y pequeñas”. No especificó sus nombres.
“Seguimos convencidos de que una reforma coordinada del sistema fiscal internacional es la mejor manera de proporcionar un marco claro para las empresas que operan en todo el mundo”
Los países europeos han luchado por gravar las ganancias de las compañías tecnológicas multinacionales derivadas de sus jurisdicciones. Francia ha presionado fuertemente para que un impuesto digital cubra a los estados miembros de la Unión Europea, pero se encontró con la resistencia de Irlanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia.
El gobierno francés finalmente impuso su propio impuesto unilateral, lo que provocó que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, blandiera la amenaza de un impuesto de represalia sobre el vino francés. Por su parte, desde Google afirman seguir “convencidos de que una reforma coordinada del sistema fiscal internacional es la mejor manera de proporcionar un marco claro para las empresas que operan en todo el mundo”.