La IOTA no es lo que bailan los maños

Publicado el 19 Dic 2018

Asociado al concepto ‘bitcoin’ han surgido multitud de luces y sombras, cientos de planteamientos similares y miles de cuestionamientos alrededor de lo que representan las criptomonedas. Mezclar el empleo de tecnología fundamentada en el concepto ‘libro mayor contable distribuido e inmutable’ con el negocio de las criptomonedas, no parece una buena idea, aunque conceptualmente sí lo sea.

Esto nos ha llevado a un escenario muy confuso. Nuestra experiencia e investigación propias nos anima a adelantar que la criptomoneda no será la utilidad estrella de la cadena de bloques (blockchain). Han aparecido muchas aplicaciones tecnológicas alternativas en diferentes sectores, de las cuales, hay una que ha conseguido captar nuestra atención, una nueva red de blockchain creada para trabajar en el entorno de la llamada Internet de las Cosas (IoT).

Se fundamenta en la ‘sensorización’ del espacio mediante dispositivos electrónicos pequeños, muy pequeños, conectados y que realizan funciones muy concretas y que podremos y podemos encontrar en nuestra vestimenta, en nuestros hogares, en las calles o en los edificios públicos. La clave de su expansión es el bajo coste y razones tan obvias como la seguridad. La simplicidad de los sensores, de tamaño y coste reducido, se basa en un concepto: un sensor informa sobre aquello para lo que ha sido creado y nada más.

IOTA utliza Tangle, que es un protocolo de software derivado de la filosofía y principios de blockchain

Todos estos sensores, bien en tierra, en vehículos o en la muñeca de los individuos se deberán conectar entre sí para aprovechar las posibilidades de enriquecimiento de experiencias personales. La conexión, el tratamiento y el procesado de la información son la clave para elaborar estrategias orientadas al dato, así como para la generación de nuevos modelos de negocio. Ahondando un poco más en los ecosistemas IoT nos encontraremos, como norma general, siete capas:

  • Sensores
  • Conectividad
  • Infraestructura
  • Adquisición de datos
  • Análisis de datos
  • Aplicaciones
  • Personas y procesos

La búsqueda de las citadas estrategias de orientación al dato debe solventar el escollo de la Infraestructura. Como se ha comentado, cada elemento ‘sensorificado’ trabaja en una realidad propietaria y aislada, sin capacidad de ponerla en común o en contexto con otros datos y sería posible emplear una red de blockchain específica para este fin. Un libro mayor, público, encriptado, distribuido e inalterable. Sin embargo, hacer uso de este modelo ha generado varios inconvenientes que debemos considerar:

  • Cada transacción tiene un coste.
  • Realizar los millones de transacciones que requiere un entorno IoT sería muy costoso.
  • La prueba de trabajo en una blockchain es costosa.
  • El volumen de información que habría que manejar podría traducirse en problemas de escalabilidad.

No todos estos factores son asumibles dentro de un escenario de IoT.

IOTA, ese gran desconocido

Imaginemos por un momento un coche de nueva generación donde el usuario ha permitido que sea el propio vehículo el que se comunique con su agenda, algo común hoy en día, lo que permitirá al coche programar la ruta más adecuada en función del tráfico. Del mismo modo, se podría comunicar con la estación de parking regulado más próxima a la zona donde se ha aparcado, sacar el ticket de aparcamiento de la misma duración que la reunión a la que se va a asistir, más 10’ de cortesía, e incluso renovando automáticamente o avisando del fin de tiempo permitido en esa zona…

Una alternativa es el Tangle de IOTA

IOTA utiliza Tangle, que es un protocolo de software derivado de la filosofía y principios de blockchain. La brillantez de Tangle es que las transacciones se procesan en paralelo. Una tecnología que no genera feeds en las transacciones, que es escalable y que además permite en un momento dado liberar transacciones en modo offline o a través de una red privada que posteriormente se sincronice con la general de manera pública. Sus principales características técnicas frente a blockchain:

  • En lugar de un gran bloque lineal, se presentan las transacciones como un nodo que es ratificado por su referenciación al menos a otros dos nodos precedentes, es decir, un grafo acíclico direccionado. Cada transacción valida al menos otras dos transacciones.
  • Algoritmo Markov Chain Monte Carlo Random Walk.
  • Firmado con clave privada.
  • Prueba de trabajo de baja tasa de computación.
  • Similar al Hashcash, no al Bitcoin Spam y resistencia a Sybil.

Es un paradigma creado ex profeso para la increíble cantidad de ‘cosas’ que están y van a estar conectadas a la red, que permita almacenar datos de manera totalmente distribuida y permite interconectar sistemas IOT entre sí. Prueba de ello es la asociación de Bosch con IOTA para el diseño de un nuevo dispositivo que combina varias tecnologías de sensores, almacenamiento de datos y redes para que los usuarios con diferentes niveles de experiencia en programación puedan recolectar datos en tiempo real y venderlos en el IOTA Marketplace.

Incluso ElaadNL ha creado la primera electrolinera basada en tecnología IOTA en la que es el coche el que se comunica con el surtidor y gestiona el servicio de repostaje. Si tenemos en cuenta que las previsiones para 2020 es que existan ya 20.000 millones de dispositivos conectados, gracias a esta tecnología y a su explotación, aparece un nuevo modelo de negocio, M2M.

En VASS, seguiremos muy de cerca esta apasionante oportunidad.

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Gonzalo Trigo

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