Con el objetivo de agilizar y hacer más eficiente su negocio en el viejo continente, el fabricante de impresoras japonés Oki ha agrupado bajo el mismo paraguas todas sus operaciones de ventas en EMEA, con la excepción de Rusia. En consecuencia, Oki ya actúa en toda el área de EMEA, que engloba Europa, Oriente Medio y África, desde una única entidad jurídica. Esta fusión transfronteriza tuvo lugar el 1 de enero de 2018, y se unirán Polonia y Finlandia más tarde durante este mismo mes.
Oki Europe ha trabajado para contar, según una nota informativa remitida por la empresa, con “una única estructura organizativa más unida, con unos procesos internos sistemáticos y unos programas de ventas y marketing más eficientes y eficaces”. La empresa está convencida de que al sustituir las múltiples y diversas actividades de distintas entidades jurídicas en una única estructura simplificada, alcanzará “una mayor agilidad y una relación más estrecha tanto con el canal como con los clientes finales”. Para Oki, contar con una organización más grande significa ofrecer al mercado “mayor estabilidad y credibilidad” que con las actuales empresas locales independientes.
Según Dennie Kawahara, director gerente de Oki Europe, “al trabajar en un entorno de elevada competencia y en el que las necesidades de los clientes cambian continuamente, reconocemos la necesidad de identificarnos como marca creíble”. “Al agrupar todas nuestras empresas de venta en una única entidad jurídica con una estructura sólida aunque sencilla y un enfoque sistemático, podremos alcanzar esa confianza al tiempo que mantenemos la suficiente flexibilidad para satisfacer las distintas necesidades de los clientes”, añade el directivo.