Toshiba sigue buscando soluciones a su complicada situación. El grupo japonés, que ha visto como en los últimos meses se ha deteriorado su situación financiera debido al endeudamiento de su filial nuclear en Estados Unidos (Westinghouse Electric), lo que le llevó a reportar pérdidas de algo más 4.500 millones de euros en los nueve últimos meses del año pasado, se plantea ahora escindir sus principales ramas de negocio.
En concreto, de llevar a cabo sus planes el gigante japonés separaría sus negocios de infraestructuras, energía, dispositivos electrónicos y servicios de telecomunicaciones con el fin de sanear el balance. Hay que recordar además que la parte de chips de memorias de Toshiba ya es una compañía independiente, al tiempo que es uno de sus negocios más rentables y el objetivo de es venderla. De hecho, ya se han postulado varios posibles compradores. El último en declarar su intención de adquirir este negocio es la china Foxconn, que ha presentado una oferta de 25.000 millones de euros, según diversas fuentes.
En cualquier caso, Toshiba pretende mantener el control de las nuevas entidades mediante participaciones mayoritarias. Además, su previsto someter esta decisión a la aprobación de sus accionistas en una junta general que se celebrará en junio, según el diario Nikkei. Hay que recordar que la medida está en la mente de la dirección de la empresa desde hace algún tiempo y ya fue planteada el pasado 11 de abril, con una buena acogida en la Bolsa.