De acuerdo con los resultados preliminares del Worldwide Quarterly Mobile Phone Tracker de IDC, en el tercer trimestre se comercializaron en todo el mundo 362,9 millones de smartphones. A pesar de la retirada del mercado de los incendiarios Samsung Galaxy Note 7, las ventas crecieron un 1% respecto al mismo periodo de 2015 (359,3 millones).
Así las cosas, el top five no ha cambiado desde el último trimestre pese al crecimiento de dos y tres dígitos de los vendedores chinos como Huawei, Oppo y Vivo. Mientras que Samsung y Apple siguen pujando entre sí en la parte superior de la tabla, los proveedores asiáticos están lanzando nuevos dispositivos con características premium pero mucho más baratos.
Teléfonos como el OPPO R9 y Vivo X7 se han convertido en serios competidores en China e, incluso, en Europa Occidental gracias a los patrocinios deportivos que estas marcas están llevando a cabo en diversos países. Todavía queda por ver si estas marcas impactan el mercado de Estados Unidos.
Analizando estos datos por fabricantes, señalar que el éxito de los Galaxy S7 y S7 edge han permitido a Samsung mantener los volúmenes en el tercer trimestre a pesar de los problemas con el Note 7.
Por su parte, Apple ha conseguido vender 45,5 millones de dispositivos gracias a sus iPhone 7 y 7 Plus, un 5,3% menos respecto a los 48 millones de unidades del pasado año.
Implicaciones en el mercado de la retirada de los Note 7
“El dominio de Samsung en el mercado durante el tercer trimestre fue indiscutible, a pesar de la retirada de sus Galaxy Note 7, aunque habrá que analizar el impacto que este suceso tendrá en la marca a largo plazo”, señala Melissa Chau, director de investigación de dispositivos móviles de IDC.
Por su parte, Anthony Scarsella, director de investigación de teléfonos móviles en la consultora, apunta que a raíz del suceso de los terminales de la firma coreana, los fabricantes tendrán que invertir tiempo y dinero en dispositivos de prueba para evitar incidentes de esta proporción en el futuro. “La retirada de los Note 7 supone una llamada de atención a toda la industria que, sin duda, implicará un proceso de certificación y testeo mucho más estricto”