Hace ya muchos años, el avispado Gianfranco Lanci, que por aquella época dirigía la fulgurante expansión de la taiwanesa Acer por Europa y por el mundo, avisaba de que el negocio del PC iba a ser cosa de cuatro o cinco jugadores. Costaba entender entonces a Lanci porque veníamos de una época en que habíamos visto florecer fabricantes de ordenadores como setas. Prácticamente en cada región de este país cualquiera se había hecho rico ensamblando los famosos clónicos. Aquellas marcas locales que surgían por doquier eran más ágiles que las grandes multinacionales a la hora de poner en el mercado las últimas innovaciones y además ofrecían unos equipos a precios verdaderamente competitivos.
Pero el tiempo le ha dado la razón a Lanci, hoy presidente de Lenovo, y de qué manera. El mercado de PC se ha puesto muy complicado, y sólo los más fuertes sobrevivirán. Las razones son claras: lleva una temporada menguando y lo seguirá haciendo en 2016 (Gartner prevé una caída del 8%), con lo cual hay menos tarta que repartir, y los márgenes que proporciona son mínimos, lo que obliga a los que se ganan la vida vendiendo ordenadores a compensar sus raquíticos márgenes con economías de escala colosales. “El modelo tradicional del negocio del PC está roto”, decía hace poco una analista. De hecho, Gartner, en línea con Lanci, prevé que a medio plazo sólo habrá sitio para tres o cuatro marcas. Es un proceso de concentración que ya anda muy avanzado: al día de hoy Lenovo, HP y Dell dominan casi el 60% del mercado mundial, y, por detrás, sólo Asus o Acer mantienen el pulso, con el permiso siempre de Apple, que juega a otra cosa con sus Mac.
Por eso, la noticia sobre las conversaciones que mantiene Fujitsu con Lenovo para venderle su negocio de PC no sorprende nada. La necesidad de volumen y de estrategias comerciales de alcance mundial habían dejado a Fujitsu prácticamente fuera de este mercado. De hecho, en España sus niveles de comercialización de PC son residuales y en el mundo sólo mueve 4 millones de máquinas al año, por los más de 100 millones que ponen en el mercado HP y Lenovo cada ejercicio.
Hace tiempo que Fujitsu está más centrado en tecnologías y soluciones que le permiten diferenciarse ante el cliente y aportan más a su cuenta de resultados que los PC. Pienso en servidores con herramientas de virtualización, almacenamiento o servicios para la nube y el centro de datos. De hecho, no es la primera vez que Fujitsu intenta darle una salida airosa a su negocio de ordenadores. Anteriormente intentó una fusión con los Vaio (la antigua línea de portátiles de Sony) y con Toshiba, otro de los que está en retirada, por lo menos en el ámbito del portátil de consumo.
Estos tres nombres (Fujitsu, Sony y Toshiba) evidencian que el mercado de PC se ha puesto muy difícil. Si en las últimas décadas se retiraron algunas marcas europeas que no pudieron resistir el empuje de las asiáticas, ahora son las japonesas las que están en peligro. Y todo porque, como adelantaba el italiano Gianfranco Lanci y hoy confirman las grandes consultoras, en este negocio no habrá más actores que los que caben en un taxi.