Según los expertos, la impresión 3D está cambiando los procesos de sectores enteros de actividad, sobre todo del entorno industrial. IDC adelanta que el gasto global en este tipo de improsoras crecerá a un ritmo medio anual del 27% en los próximos cuatro años, pasando de los casi 11.000 millones de dólares de 2015 a los 26.700 millones de 2019.
La impresión 3D ha sido adoptada tradicionalmente por empresas de industrias como la automoción y la aeronaútica. Sin embargo, IDC llama la atención sobre el hecho de que, en los últimos tres años, la aparición de equipos de bajo precio y materiales asequibles ha hecho que esta tecnología haya entrado en el consumo, la educación o la sanidad.
Además, como recalca Tim Greene, analista de IDC, “las tecnologías que hacen posible la impresión 3D siguen desarrollándose y creciendo en casi todas las direcciones. Son tecnologías que permiten ofrecer modelos más grandes, precisos y sólidos, y en una fracción del tiempo necesitado hasta la fecha”.
IDC cree que esta tecnología está preparada ya para su popularización definitiva. La consultora también asegura que las ventas agregadas de Asia-Pacífico, Estados Unidos y Europa occidental pasarán del 59% del total al 70% en 2019. Eso será debido a que China se convertirá en el primer mercado para los fabricantes de sistemas de 3D y servicios asociados.
En España, y según datos de Context a los que ha tenido acceso CHANNEL PARTNER, las ventas de impresoras 3D viven un auténtico boom. Y es que en 2015 se vendieron cinco veces más máquinas que el año anterior, y la facturación se multiplicó por tres.