Comienza la cuenta atrás para Internet Explorer, el buscador menos querido por los usuarios, pero ante todo por los desarrolladores informáticos. Ya esta semana Microsoft no le proporcionará soporte alguno, tal y como lleva haciendo desde el 8 de enero del nuevo año.
Y es que el gigante tecnológico ha decidido que dejará de lanzar actualizaciones de seguridad para las versiones 8, 9 y 10 de su navegador, cada día en mayor desuso, definitivamente desde el 12 de enero.
En este sentido, seguir empleando estas versiones supondrá la asunción de una serie de riesgos relacionados con la privacidad del usuario y la propia seguridad de los equipos informáticos.
Microsoft ya aconseja a los usuarios de Internet Explorer que instalen con premura la versión 11 del navegador –automática para los usuarios domésticos- para conservar sus datos más seguros. La compañía de Sillicon Valley tampoco ejecutará más correcciones de compatibilidad y dejará de respaldar las versiones de Explorer en Windows 7, Windows 8.1 y Windows 10. Su apuesta ahora es Edge, su nuevo navegador con el que pretende plantar batalla a Firefox y Google Chrome.
En este nuevo escenario son los desarrolladores quienes están de enhorabuena en la medida en que ya no tendrán que preocuparse por el suplicio laboral de adaptar sus programas a los viejos navegadores. Microsoft ha facilitado asimismo una serie de herramientas a aquellas empresas que dependen de las nuevas versiones sin soporte.