¿Quién lo iba a decir? En el último año el euro se ha depreciado un 25% frente al dólar. Después de muchos años sin tormentas monetarias y con un euro alto, que permitía a los turistas que visitaban Estados Unidos comprar a precio de ganga, pero que hacía suspirar a los exportadores europeos, que veían como sus productos se encarecían por el efecto del cambio, desde hace unos meses las cosas han cambiado radicalmente.
El euro marca una cota hoy de 1,09 dólares, y va camino de la paridad con la divisa norteamericana. Detrás de esta espiral está el plan de compra de deuda anunciado por el Banco Central Europeo con el fin de resolver los problemas financieros del continente y sobre todo apagar el incendio griego. Además, cuenta a favor de la revalorización del dólar la posible subida de tipos de interés en Estados Unidos en los próximos meses, toda vez que la economía de la primera potencia mundial va bien, lo que sobre todo se nota en el empleo.
Desde 2003 el euro no marcaba estos mínimos. Muy lejos quedan los meses de 2008 en que Irlanda pedia el rescate y todas las economías periféricas del sur (España incluida) se asomaban al abismo, y el euro marcaba máximos y se cambiaba a 1,6 dólares.
La devaluación de la moneda europea favorece a las empresas que exportan, que tienen automáticamente unos costes (laborales sobre todo) menores y que, por tanto, se hacen automáticamente más competitivas. Sin embargo, perjudica a los sectores importadores, como el de la energía (ahora el petróleo se paga en un dólar más caro) o el de la tecnología. Y es que el sector informático, y sobre todo el del hardware, es claramente importador.
Un fabricante de un PC, un servidor, una tableta o un smartphone tiene que comprar en Asia la mayor parte de los componentes que llevan sus equipos, y lo hace pagándolo con dólares revaluados. Ante esta situación, que arrastran las economías europeas desde el año pasado y que se puede mantener durante un buen tiempo, cabe preguntarse hasta qué punto se están encareciendo los productos informáticos y quién está pagando este sobrecoste.
[El reportaje completo sobre las consecuencias de la bajada del euro en el sector informático estará accesible en breve en el número 154 de CHANNEL PARTNER, correspondiente al mes de abril]