Nacieron en el entorno militar, pero en los últimos años se han extendido aL mundo civil y de la empresa. Los drones hoy permiten a las firmas inmobilirarias tener panorámicas de edificios y zonas de cualquier ciudad. También han abaratado las otrora costosas tomas aéreas a los productores de cine o de documentales. Y también pueden servir a las fuerzas y firmas de seguridad en misiones de vigilancia y rescate en zonas en conflicto o en bosques incendiados, o a una ingeniería para revisar el tendido eléctrico o el estado de grandes infraestructuras como puentes, tendidos eléctricos o parques eólicos.
Según datos de la Comisión Europea, los drones supondrán el 10% del mercado aeronaútico en los próximos 10 años. También hay cálculos de que las licencias para pilotar estos aparatos se multiplicarán por 40 en los próximos dos o tres años, hasta superar el millar. Estamos en un punto de inflexión y los drones empiezan a llegar incluso a los lineales de las tiendas. Media Markt, por ejemplo, comercializa un modelo de una empresa china (DJI) a un precio que oscila entre los 600 y los 800 euros. Pero por unos 300 euros está disponible uno de los drones lúdicos más populares, el A.R. Parrot Drone 2.0.
Al canal de distribución también han llegado estos aparatos. Triade, una de las divisiones de negocio de Tech Data en España, ha firmado con la empresa AEE Magicam para vender un modelo de dron. Se trata del Toruk AP10, un quadcopter (propulsado por cuatro hélices) que incorpora cámara Full HD y transmite vídeo por Wi-Fi con un alcance de hasta 100 metros. Además, el aparato tiene una autonomía de hasta 25 minutos. Joan Teixidor, director de Triade en España, dice que el precio del aparato estará en torno a los 760 euros para el distribuidor, mientras que el PVP recomendado con IVA se situará en el entorno de los 990 euros.
“Es un precio competitivo, aunque hay que tener en cuenta que se trata de un modelo potente, de gama media-alta y diseñado para entornos domésticos o semiprofesionales”. Teixidor reconoce que en el ámbito civil estos aparatos tienen poca trayectoria hasta la fecha, y por eso le cuesta avanzar una previsión de ventas. “Además, no se trata de un producto que se compra y ya está, hay restricciones, y eso puede resentir el potencial de mercado, sobre todo en consumo”.
En el ámbito doméstico, los early adopters de aparatos como el Toruk AP10 serán los aficionados al aeromodelismo, “que ahora pueden contar con mayores prestaciones en autonomía, control y funcionalidad”. Sin embargo, Joan Teixidor dice que en el objetivo de Tech Data y sus partners estará “cualquier negocio donde se necesite capturar imágenes de alta calidad a gran altura”. En el caso del Toruk AP10 que vende Tech Data, los particulares pueden pilotarlo sin licencia en lugares residenciales cerrados (con techo) o en clubes de aeromodelismo. Para hacerlo en otros espacios deberán sacar la licencia de vuelo. Además, para las empresas que recurran a esta tecnología, como productoras audiovisuales o mantenimiento de redes eléctricas, por ejemplo, será condición sine qua non contar con personal matriculado.
Los entornos urbanos están vedados
Tecnología empieza a haber, y además a precios asequibles. El futuro de los drones, sin embargo, no se juega en el aire, sino en los despachos de abogados y el Parlamento. Y es que la legislación ata en corto a los fabricantes de los aparatos y a los clientes que quieren dar rienda suelta a su uso. La Agencia Española de Seguridad Aérea, que tiene competencia para regular los que pesan menos de 150 kilos, ha prohibido directamente volar en entornos urbanos a los que aparatos más populares, que son los de menos de 25 kilos.
Las sanciones por hacerlo pueden llegar a los 60.000 euros. Lo que sí pueden hacer los usuarios es volarlos en espacios cerrados o en clubes de aeromodelismo. Además, la legislación aprobada en agosto crea una licencia específica para varios usos civiles, como la extinción de incendios, la filmación o el salvamento. Es decir, por el momento, la imagen de un dron dejando en casa un paquete de Amazon tendrá que esperar.