No pasa por buen momento el negocio del SAI para los grandes centros de datos. Las razones son muchas. No hay grandes proyectos en marcha en el mercado español, apunta María Nicolau, del departamento de marketing de Socomec. “Comparando las cifras con el año anterior, podemos decir que continuamos en la misma tónica”. Por su parte, José Alfonso Gil, responsable de soporte preventa y de marketing de Emerson, habla de “proceso de ralentización”, lo que da encefalograma plano a la línea de ventas de este tipo de tecnología en los dos últimos años. En opinión de Gil, los procesos de compra y toma de decisiones se siguen alargando en el tiempo.
En la misma onda se sitúan los comentarios de Juan Manuel López, jefe de ventas de la división de calidad de la energía de Eaton: “Sigue parada la inversión pública y las empresas privadas siguen teniendo muchas dificultades para encontrar crédito a pesar de que la cosa haya mejorado ligeramente”. Por su parte, Óscar Pons, director de desarrollo de negocio de SAI y centros de datos en Schneider Electric, matiza y distingue distintas evoluciones en función de la potencia del aparato: “A partir de equipos trifásicos de 40 kVA, la demanda sigue prácticamente estancada por la ralentización en el ciclo de creación de nuevos centros. En cambio, se vislumbra un crecimiento en potencias inferiores. Esta creciente demanda de equipos de menor potencia puede ser un indicador a medio plazo de que se puede estar reactivando el mercado”.
En todo caso, el de sistemas de energía para los centros de computación no es un mercado saturado, para José Alfonso Gil, de Emerson. “Es cierto que la mayoría de las grandes empresas cuentan ya con este tipo de equipamiento como elemento indispensable de prevención de incidencias, pero también es cierto que actualmente existen factores, como el aumento de la energía, que llevan a las compañías a medir y analizar su consumo eléctrico, lo que en muchos casos demuestra que es necesario hacer una sustitución por equipos con mayor eficiencia para obtener una reducción de costes”. María Nicolau no se atreve a decir que el mercado haya tocado techo, pero sí señala que el SAI no es un elemento nuevo en la instalación eléctrica y también habla de la dura competencia de “marcas desconocidas provenientes de Asia”, aunque éstas se concentren en tecnologías off-line o de línea interactiva, un segmento muy sensible a las variaciones de precio.
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