La virtualización de la infraestructura informática, un fenómeno que ha cambiado la faz de la informática en el último lustro, todavía tiene fuelle. Es verdad que una firma de referencia en este mundo como VMware ya no crece al 60% anual, pero todavía mantiene un ritmo de avance sostenido por encima del 10%, lo que no es poca cosa en el mundo de la tecnología hoy en día. Y es que a pesar de que llevamos un lustro hablando de virtualización, todavía la mitad de los servidores instalados en España están sin virtualizar. Hay informes que dicen que las ventas mundiales de esta tecnología, destinada a desgajar el hardware de los sistemas operativos y las aplicaciones, con el fin de dar más flexibilidad a los directores de sistemas, crecerá hasta 2016 un 20% cada ejercicio. En España, las cifras que dan los principales actores del mercado son muy parecidas ya que aseguran que esta área crece con “cifras de doble dígito”.
Pero no todo son luces. Inevitablemente la situación económica en España está lastrando el negocio, así como el aumento de la capacidad de los procesadores de Intel, que ha hecho que la virtualización se esté estabilizando. Además, hay quien opina que la parte del león de este negocio, que es la virtualización de servidores, está llegando a una fase de madurez y agotamiento.
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