No son muchos, alrededor de un 20%, pero si se traducen a negocio sí representan muchos millones de euros solo en España cada año. Son los consumibles no originales: bien remanufacturados o bien rellenados. Para no dejar escapar este negocio, HP, el primer fabricante de impresoras del mundo, divulga las excelencias de sus tintas y la inversión y la investigación que están detrás de las mismas, que, según la compañía, justifican los altos precios de sus productos.
A esta labor se dedica Thom Brown, investigador de los laboratorios que la multinacional tiene en San Diego, en California, y que estos días está en Madrid. Brown da charlas amenas donde va mostrando por qué vale la pena que los particulares y las empresas apuesten por sus cartuchos, y no por los compatibles o los rellenados, más asequibles a priori, pero a la larga menos fiables y eficientes. Y lo hace incluso preparando mojitos.
En sus exposiciones, a medio camino entre la divulgación científica y el show de televisión, Brown recuerda cosas como que una fotografía de 15×10 centímetros está hecha con 35 millones de gotas de tinta. También que para desarrollar una simple tinta nueva, su equipo tarda entre 3 y 5 años y prueba hasta 1.000 prototipos, puesto que hay muchos componentes que analizar y mezclar en su justa medida, como tintes, polímeros, disolventes… Dar con la fórmula correcta es crucial para que la tinta tenga la densidad adecuada, se adhiera al papel, pero sin mezclarse con el resto de colores, o aguante el paso del tiempo y la incidencia de la luz, y no amarillee a las primeras de cambio.
Más datos que dejó caer Thom Brown en Madrid: los nuevos cabezales de impresión de HP tienen más de 22.000 puntos por donde se filtra la tinta, mientras que los cartuchos habituales llevan unos 3.900. Además, las boquillas que escupen el preciado líquido son tan precisas que inyectar la tinta en el papel es como encestar una uva desde un edificio de 30 pisos en un cubo en movimiento situado en el suelo. En fin, un mundo fascinante en el que rara vez reparamos.