Después de cuatro meses de puja, el multimillonario inversor Carl Icahn se retira de la batalla por Dell. De esta manera, deja el camino expedito al fundador, Michael Dell, que quiere sacar a la compañía de la Bolsa para darle más estabilidad y asegurar que sus planes a largo plazo se materializan.
En una carta a los accionistas de la compañía, Icahn ha declarado que “sería casi imposible ganar esta batalla” frente a la propuesta de Michael Dell y el fondo Silver Lake, que ofrecen 13,75 dólares por acción para hacerse con la totalidad del fabricante tejano.
Icahn irrumpió en mayo en lo que se pensaba que iba a ser una apacible transición del fabricante de ordenadores y servidores. Lo hizo con el fondo Southeastern Asset Management. Icahn quería mantener a la compañía en Bolsa y beneficiar así a los actuales accionistas del potencial crecimiento de la firma. En todo caso, su propuesta económica siempre fue inferior a la de Dell, al ofrecer desde un principio 12 dólares en efectivo o en acciones.
En tres días los accionistas de la compañía estaba convocados a una reunión para decidir sobre el futuro de la multinacional. En su escrito, el multimillonario asegura que sigue creyendo que “el precio que paga por Michael Dell y Silver Lake para la compra de nuestra empresa subestima bastante la compañía” y que “Dell está pagando un precio de aproximadamente un 70% por debajo de su máximo en diez años de 42,38 dólares y la oferta no valora ni a la compañía ni a los accionistas de la misma”.