La noticia llegó en un correo interno, aunque podía haber sido divulgada durante la Partner Conference de Houston, que acabó precisamente ayer y en la que Microsoft congregó a miles de distribuidores de todo el mundo (más de un centenar de España). El CEO Steve Ballmer ha anunciado en una misiva electrónica una reorganización total de la compañía para adaptarla a los tiempos. En roman paladino, para competir con Apple y Google, las compañías que han cambiado la faz de la industria informática en el último lustro.
Microsoft quiere una estructura única –“One Microsoft” es el lema elegido por Ballmer- y no vertebrada por productos. Al fin y al cabo, Apple y Google no venden productos y servicios por separado, sino que se presentan al mercado con una plataforma única donde los sistemas de acceso, el software y los servicios son intercambiables, todo para hacerle la vida más fácil al usuario.
La reorganización implica que desaparecen las cinco unidades de negocio existentes (Windows, Server & Tools; Business Division; Entertainment & Devices; y Online Services). La nueva estructura de cuatro divisiones queda como sigue: sistemas operativos (que agrupa Windows, Windows Phone y el sistema operativo de la consola Xbox), otra de dispositivos (donde estarán los negocios de la tableta Surface y la consola), la de aplicaciones y otra dedicada al cloud donde estarán los servicios.
De esta manera, toda la propuesta tecnológica pasa a girar alrededor de Windows, cuya última versión, la 8, no acaba de despegar. Sin embargo, la compañía también potencia el hardware y los servicios, que tendrán una división propia. El cambio ya había sido adelantado por Ballmer a finales de año, cuando les dijo a los accionistas que el futuro de la compañía pasa por potenciar precisamente el hierro y los servicios. Otra vez en el horizonte está Apple.
Ballmer ha señalado que el cambio es necesario para que la compañía sea capaz de innovar más y responder antes a las demandas del mercado. El bloguero Norberto Gallego, sin embargo, sugiere que, aunque el CEO no lo admita públicamente, “también ha maniobrado para impedir que ninguno de sus lugartenientes pueda arrogarse un éxito exclusivo, que pudiera interpretarse como ventaja en una eventual carrera sucesoria”.
Y es que ninguno de los directivos ascendidos puede hacerle sombra a Ballmer a priori. En cualquier caso, dan un salto sideral en el escalafón Terry Myerson, antes responsable de Windows Phone y que ahora controlará la macrounidad de Windows, y Julie Larson-Green, hasta ahora responsable de Windows, quien pasará a liderar la división de hardware de la compañía. Por su parte, Satya Nadella, que hasta ahora dirigía Server & Tools, encabezará el equipos de servicios cloud. Por otro lado, la unidad de Dynamics se mantiene independiente y bajo las órdenes de Kirill Tatarinov, como hasta la fecha.
Uno de los que sí podrían reemplazar a Ballmer a largo plazo (porque no se esperan cambios a corto) es Kevin Turner, que conserva la dirección de Operaciones, aunque ha perdido la responsabilidad sobre el marketing.
“Luchamos por convertirnos en una experiencia única para todo lo que importa en la vida de las personas. Una experiencia, una compañía, una única fuente de conocimientos, un único conjunto de aplicaciones, y una librería común de entretenimiento, fotos, e información desde cualquier parte. Una tienda para todo. Microsoft tiene la clara oportunidad de ofrecer a los consumidores una experiencia unificada en la que la pantalla va con ellos en forma de teléfono o de tableta, de pantalla de 85 pulgadas, o en formas y dispositivos que todavía no hemos ni imaginado”, recordaba Ballmer
Ahora queda saber cómo se plasmará esta reorganización en el equipo español de Microsoft y quién asumirá la responsabilidad de cada negocio a escala local. También habrá que esperar al veredicto de la Bolsa y al anuncio de resultados de la compañía en su último año fiscal, que tendrá lugar el próximo jueves 18 de julio.
