Se estima que el consumo eléctrico mundial se doblará de ahora hasta el año 2050, cifra frente a la que la comunidad internacional se ha comprometido a ahorrar en emisiones de CO2 durante este mismo periodo. En este entorno en el que la gestión eficiente de la energía jugará un papel clave, la llegada del cloud computing significa la incorporación de un nuevo modelo de negocio basado en el pago por uso. En paralelo, dentro de 10 años el 80% de los centros de datos serán externalizados y el principal cambio se derivará de la probable generalización del propio cloud computing. Estamos ante un cambio en el modelo de negocio para los actores IT. El concepto de cloud computing se sustenta sobre autoservicio bajo demanda, acceso a banda ancha, puesta en común de recursos, rápida elasticidad y servicio medido. Partiendo de esta base, tendrá repercusiones en todo el panorama digital, en las operaciones de TI y en los modelos de negocio, así como en las propuestas de valor de cada actor del segmento: los usuarios finales, vendedores de nuevas tecnologías, proveedores de software, integradores, operadores de telecomunicaciones, distribuidores y, por supuesto, el copatrocinio de las empresas.
Las compañías de hosting que buscan aprovechar al máximo el cloud computing tendrán que cambiar su modelo de negocio pasando del “pagar por metro cuadrado” al “pago por uso” e incluso “pago por kW”. Sus centros de datos deberán ser construidos para encajar con este nuevo modelo de negocio. En este contexto, es el centro de datos al completo que necesita ser adaptado, no sólo los servidores y redes, sino también su infraestructura física. Estos centros de datos deberán ser más densos, flexibles, totalmente automatizados y eficientes, requiriendo menos capital, equipamientos y metros cuadrados para construirse. Y es que la factura eléctrica de un centro de datos durante más de 10 años es equivalente a la suma destinada a construirlo. Para ser competitivo en el nuevo modelo del pago por uso, los proveedores del servicio cloud computing tendrán que difundir necesidades de capital y flexibilidad o el concepto “pagar a medida que crece” es la solución.
En un centro de datos de 600 kW, multiplicar la densidad por 10 da la posibilidad de 40 racks a 20 kW/rack, en lugar de 320 racks a 2 kW/rack. Esto no sólo reduce el PUE (power usage effectiveness), sino también la necesidad de espacio y equipamiento de aire acondicionado, además de requerir menos hardware de IT. La alta densidad es una oportunidad. Una infraestructura de alta disponibilidad es el resultado de los esfuerzos concertados de muchos equipos diferentes y es el proveedor de infraestructura quién debe coordinar los esfuerzos para asegurar que las instalaciones de importancia fundamental ofrezcan el rendimiento y la disponibilidad que una empresa requiere.