La crisis agrava la depresión posvacacional

Según Regus, desde el pasado 2010 el 64% de los trabajadores españoles ha visto prolongada su jornada laboral y un 73% afirma haber tenido que asumir responsabilidades adicionales

Publicado el 23 Ago 2012

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Si ya el pasado año se observaba cómo el 45,1% de los españoles que cogieron vacaciones no tuvo más de una semana, según datos de AIMC, las previsiones para este año no son mucho más esperanzadoras. A las tradicionales causas que generan depresión posvacacional ahora se suman otras derivadas del contexto económico en que vivimos, como el hecho de tener unas vacaciones cada vez más cortas, la imposibilidad de viajar a otros lugares para desconectar mejor e incluso la necesidad de trabajar durante estos días debido a las reducciones de plantilla.

Y es que, tal y como señala un estudio de Regus, desde el pasado 2010 el 64% de los trabajadores españoles ha visto prolongada su jornada laboral y un 73% afirma haber tenido que asumir nuevas responsabilidades adicionales a su cargo. Un compendio de factores que hacen prever una vuelta al trabajo todavía más dura. En este sentido, y con el fin de que el proceso sea lo menos traumático posible para trabajadores y empresas, Regus señala algunas claves para contrarrestar los efectos del temido síndrome postvacacional:

Incorporarse gradualmente a la rutina laboral: trabajar horarios reducidos, o hacerlo desde casa durante unos días, permite al empleado introducirse de forma progresiva al clima y ritmo de trabajo normal. Evitar los cambios bruscos hace que la motivación del trabajador, que normalmente suele disminuir tras las vacaciones, se vea menos afectada, y por tanto también su productividad. Según un estudio de Regus, un 59% de empleados se sienten más motivados ante este tipo de medidas flexibles.

Tratar de evitar los desplazamientos innecesarios: con el regreso a la rutina, vuelven también los colapsos en el tráfico, las enormes pérdidas de tiempo en los desplazamientos y con ello un gran aumento del estrés y la irritabilidad. Especialmente en este comienzo del ejercicio, hay que tratar de evitar las reuniones presenciales y apostar más por las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías como la videoconferencia.

Mejorar la conciliación de la vida laboral y personal: es importante tratar de continuar planificando actividades con la familia y los amigos. Se trata de no reservar únicamente el fin de semana para el ocio sino de incorporar otras rutinas a lo largo de la semana para poder aprovechar los últimos días de vacaciones de los niños o la pareja. La posibilidad de trabajar desde casa al menos un día a la semana o desde una oficina cercana al hogar, permite disfrutar de más tiempo con la familia y los amigos.

Recortar gastos superfluos: regresar a la rutina diaria no solo supone un esfuerzo mental y físico para el trabajador y el empresario, sino también económico. La flexibilidad laboral permite ahorrar gastos de gasolina, costes innecesarios de oficina, entre otros muchos recursos que pueden notarse en las cuentas a largo plazo.

Organizarse y coordinarse: una vez reincorporados al trabajo es imprescindible dedicar tiempo a organizarse y reunirse con los compañeros para ponerse al día y establecer prioridades. Para evitar pérdidas de tiempo innecesarias, además de presencialmente, estas reuniones pueden realizarse vía telefónica o a través de videoconferencia.

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